Por tercera vez consecutiva y de manera unánime, los cinco miembros de la junta de Gobierno del Banco de México decidieron mantener en 4.0% su tasa de interés, aunque ya se anticipaba dicha decisión, dado que la preocupación recae en las presiones inflacionarias que actualmente presenta la economía del país.
De acuerdo con el documento divulgado por el Banxico, “la inflación global aumentó, reflejando presiones recientes en los precios de materias primas, especialmente energéticos, efectos de base de comparación y algunas presiones de costos”. “Entre los riesgos globales destacan los asociados a la pandemia y un aumento de la inflación mayor a lo esperado”.
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Las presiones inflacionarias que hay en el país ponen en un dilema al ente que vela por la estabilidad económica y financiera, al Banco de México, debido a que la caída de la economía por la pandemia necesita de estímulos para recuperarse por lo que un recorte en la tasa de interés sería un catalizador para ese objetivo.
“La actualización de los pronósticos para la inflación general y subyacente muestra, para el corto plazo, niveles mayores a los publicados en el último Informe Trimestral, señaló el Banxico.
Sin embargo, el dato de inflación de 6.1% de abril están fuera del objetivo del Banxico del 3% (+/-1%), por lo que es el principal freno para pensar en un recorte, debido a que el incremento en los precios se convierte inminentemente en una pérdida del poder adquisitivo del peso, y uno de los mandatos por los que existe la institución monetaria es de evitar su pérdida de valor.
El consenso de analistas ya había previsto que la decisión del Banco de México (Banxico) sería mantener la tasa en 4%, pero de las 31 instituciones financieras que en la encuesta de Citibanamex divulgada el pasado 5 de mayo, se pudo observar que ya algunas prevén que en julio o agosto pueda haber un incremento de 25 puntos base, como una respuesta para frenar la inflación y la pérdida de valor del peso, lo que también le quitaría velocidad al consumo, pero mantendría la estabilidad.
En las minutas de la pasada junta de política monetaria del Banxico, el banco señalaba que las presiones inflacionarias obligaron a evitar un recorte en las tasas de interés, acción encaminada a estimular el gasto, sin embargo, se optó por la estabilidad antes que por el consumo.
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