Por Claudio Ochoa Huerta
Bajo el pretexto de evitar brotes de Covid-19 en los centros de detención de migrantes y en la población estadounidense, desde marzo el gobierno del presidente Donald Trump ha expulsado del país a 8 mil 800 menores de edad que llegaron a la frontera sur en búsqueda de asilo y sin estar acompañados de un adulto.
Ese mes, la oficina del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitió una orden de salud que autorizó la polémica medida.
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La cifra fue dada a conocer este viernes por la Patrulla Fronteriza, en una declaración de la administración federal ante un tribunal. Esa comparecencia es parte de una apelación que busca el gobierno tras un fallo judicial sobre el uso de hoteles como puntos de detención, en lugar de las instalaciones oficiales.
La semana pasada Dolly Gee, jueza de distrito de Los Ángeles, California, determinó que esa estrategia no era segura y por lo tanto ordenó acabar con la práctica antes del próximo martes 15 de septiembre. Sin embargo el gobierno considera que ello sería contraproducente en la intención de disminuir las cifras de personas enfermas y los riesgos de contagios de Covid-19 en sus centros de detención.
El gobierno federal de Estados Unidos también argumenta que detener la medida pondrá en riesgo a sus empleados. Desde el inicio de la pandemia la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza reporta 2 mil 18 contagios entre su personal, sin especificar el número de muertes.
La cadena de televisión CBS, que tuvo acceso al informe, también detalló que además de los menores, el gobierno del presidente Trump ha expulsado a 159 mil adultos, desde marzo.
