El gobierno de España compró pruebas rápidas para la detección del COVID-19 a una empresa de origen chino que todavía no cuenta con la licencia para vender esos productos. Así lo denunció la embajada de China en España.
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“Shenzhen Bioeasy Biotechnology no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos", señaló la sede diplomática en Twitter.
La embajada agregó que el Ministerio de Comercio de China ofreció a España una lista de proveedores clasificados. "Shenzhen Bioeasy Biotechnology" no estaba incluida en las recomendaciones.
España devolvió pruebas por no cumplir con la calidad
En medio de esta controversia, el Ministerio de Sanidad de España tuvo que devolver un lote de 9 mil pruebas rápidas de coronavirus.
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El Centro Nacional de Epidemiología evaluó las pruebas antes de usarlas y descubrieron que las especificaciones de este lote no corresponden a lo que venía en los certificados de calidad con el marcado CE.
En un comunicado, el Ministerio de Sanidad aclaró que el gobierno español no compró estas pruebas a China, sino a un proveedor dentro de España.
"El Gobierno adquirió una partida [lote de pruebas] a un proveedor nacional, que los importaba de China y cuyo producto cuenta con el marcado CE. España se guía por la normativa de la UE. Por tanto, si un producto cuenta con la homologación europea, se puede comercializar y comprar en todo el espacio comunitario", se lee en el comunicado.
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Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio, explicó este jueves que el proveedor va a cambiar las pruebas.
Con información de AP.