Bajo un cielo nublado y por momentos con amenaza de lluvia, Claudia Sheinbaum tuvo su primer acto masivo en la explanada del Zócalo. Fue realizado menos de siete horas después de asumir el cargo.
En la Plaza de la Constitución la esperaban miles de personas con pancartas, banderas y globos con su imagen y hasta con enormes mantas colgadas en las fachadas de edificios, pero también con mensajes de despedida y agradecimiento para Andrés Manuel López Obrador.
Minutos antes de las 4:00 de la tarde, los invitados especiales salieron por una puerta de Palacio Nacional cerca de la esquina con la calle Moneda. Gobernadores, integrantes de su gabinete y representantes de medios de comunicación, así como el presidente Bernardo Arévalo, de Guatemala; y dos hijos de López Obrador: José Ramón y Andrés Manuel López Beltrán.
Te podría interesar
La presidenta Sheinbaum salió por la Puerta Mariana y subió al templete dónde mujeres representantes de los pueblos originarios y afromexicanos realizaron una ceremonia para pedir a los dioses prehispánicos fuerza y guía para su encomienda y por el bien del país. Ahí le entregaron el bastón de mando.
Después la mandataria se dirigió al atril que presentó cambios. La parte vertical, que desde el sexenio de Enrique Peña Nieto era plateada, ahora es blanca.
El discurso de Claudia Sheinbaum inició con un reconocimiento y una promesa de no olvido para su antecesor.
Luego, leyó sus 100 compromisos de gobierno en 61 minutos. La gente le aplaudió y celebró especialmente cuando recordó que ya fue aprobada la reforma constitucional para la elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación.
El acto, de poco menos de dos horas, transcurrió sin que lloviera sobre la zona centro de la capital.
Los invitados especiales se retiraron en medio de muestras de afecto de la gente que acudió al mitin.
Entre quienes ganaron más atención y les solicitaban sacarse fotos con ellos fueron los hijos de López Obrador. José Ramón, quien iba acompañado por su esposa, fue el más dispuesto. Andrés Manuel, "Andy", como le llamaba la gente, caminó más a prisa que su hermano para reingresar a Palacio Nacional.