Alina Navarrete Fernández/Corresponsal
Mujeres y hombres indígenas de México radicados en Nueva York, Estados Unidos, denunciaron el racismo, la discriminación y otras dificultades a las que se enfrentan como migrantes en ese país al cual acudieron en búsqueda de mejores condiciones de vida que sus comunidades están lejos de tener debido a la alta marginación en la que se encuentran.
Durante el panel "Vivencias Indígenas" que se llevó a cabo en el People's Forum de Nueva York, Zenaida Cantú, Saúl Quizet Rivera, Elías Hilario y Sergio Solano, originarios de la Montaña Alta de Guerrero; junto con Esteban Estévez, de la zona Nahua de Puebla, expusieron las "barreras" que han encontrado en Estados Unidos y cómo han trabajado para mantener sus costumbres y lenguas originarias.
Para Zenaida Cantú, migrar desde Malinaltepec hasta la Gran Manzana no fue fácil, pues también lidió con el machismo. Contó que por "nuestra forma, nuestro físico, todo eso lo sufrimos nosotras como mujeres indígenas, mucha discriminación, mucho racismo, somos esposas que batallamos mucho".
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A pesar de las dificultades que tuvo para adaptarse a vivir en Nueva York, "no he dejado mi lengua y no he dejado el respeto, los valores que me han enseñado mis abuelos", mismos que ha inculcado a sus hijos para preservar sus tradiciones, desde la comida hasta el idioma.
En ese sentido, dijo que sus tres hijos nacieron en el país vecino y no les oculta su origen, por el contrario, les enseña su lengua originaria, porque no quiere que se averg\u00fcencen de su ascendencia indígena y así puedan preservarla.
Zenaida llamó a todas las mujeres indígenas radicadas en Estados Unidos a sumarse a la lucha por el reconocimiento de sus pueblos originarios.
"No se queden con esas ganas de salir a hacer cosas, ya que a través de eso pueden, podemos visibilizar que estamos aquí y que no nos vamos, ¿por qué? Porque nos pertenecemos, tenemos el derecho también como cualquier persona de estar en este país", dijo.
Aunque también ha vivido episodios de racismo en Estados Unidos, Esteban Estévez dijo que este estigma se vive también en México. Recordó que en Teopantlán, Puebla, sus abuelos hablaban Náhuatl, pero su padre evitó inculcar la lengua a su familia debido a que solían viajar a Xochimilco para trabajar y "decía que si nosotros hablábamos en Náhuatl se nos iba a maltratar."
Incluso, en su juventud, cuando había palabras que desconocía en español y usaba el Náhuatl para comunicarse, Esteban fue apodado "Oaxaca", le tomó tiempo comprender que se lo decían despectivamente, "como para ponerlo a uno más abajo".
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En los 31 años que lleva viviendo en Nueva York, Esteban considera que sufrió mucha más discriminación en México, por eso cuando viajó a Estados Unidos "venía con precaución y pisando más derecho, más fijo para que no me pasara lo que yo viví (en la Ciudad de México)".
El panel se llevó a cabo como parte de las actividades de la Primera Semana de los Pueblos Originarios Viviendo en Nueva York, y contó con la presencia de integrantes del Consejo de Pueblos Originarios Viviendo en Nueva York, y del titular del Instituto Cultural de México en Nueva York, Miguel José Gleason Berumen.