Alina Navarrete Fernández/Corresponsal
Mujeres indígenas, beneficiarias de un programa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) denunciaron que la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) ha cometido irregularidades en los pagos de becas y el proceso de admisión, aceptando a jóvenes sin que comprueben que son parte de los pueblos originarios.
Angelina Gómez Román, originaria de Xalpatláhuac, municipio de la Montaña Alta de Guerrero, estudia la Maestría en el Centro de Investigación y Posgrado en Estudios Socioterritoriales de la UAGro y es una de las 46 mujeres que fueron aceptadas en el Programa de Incorporación de Mujeres Indígenas a Posgrados para el Fortalecimiento Regional del Conacyt en el 2019.
En entrevista con Latinus, la joven nahua contó que la UAGro permite la “usurpación de espacios para mujeres indígenas” en el programa, pues han sido aceptadas mujeres que no hablan una lengua originaria y ejercen discriminación contra las que sí lo hacen.
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Además, la institución no les permite conservar ningún documento donde se especifique el recurso que han recibido de parte del Conacyt. El programa considera tres tipos de apoyos a las beneficiarias: una beca para cursos de capacitación en México, otra para una estancia de estudio del inglés en el extranjero y una más, para gastos de traslado al extranjero, visa, pasaporte y seguro de vida.
En el 2019, el Conacyt estableció que las beneficiarias recibirían 4 mil pesos mensuales, durante los 4 meses que dura la capacitación, un monto máximo de 4 mil 400 dólares americanos para la estancia extranjera y un monto máximo de 40 mil pesos para gastos del viaje.
Desde que la UAGro cuenta con el programa, a cargo de la directora general de Posgrado e Investigación, Berenice Illades Aguiar, las mujeres aceptadas realizan su estancia extranjera en la Universidad McGill de Montreal, Canadá.
Angelina recordó que el 15 de noviembre de 2019, las jóvenes recibieron un cheque del banco Afirme por 35 mil 46 pesos con 30 centavos, para su estancia en Canadá. Ese día, Gerardo Ibañez Dolores, quien colabora en el programa en la UAGro, las acompañó a cobrar el dinero y les indicó que debían entregarlo al área de Finanzas de la institución.
Señaló que todas firmaron un documento, del que nunca recibieron una copia, donde se especificaba que la UAGro resguardaría su dinero hasta el verano de junio de 2020, cuando viajaran al extranjero.
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No obstante, la estancia en Canadá se canceló a consecuencia de la pandemia. Apenas hoy, las beneficiarias del programa comenzaron a recibir de la UAGro 28 mil 100 pesos en efectivo; es decir, 6 mil 946 pesos menos de los que les fueron asignados por parte del Conacyt.
Angelina dijo que, de manera verbal, Berenice Illades justificó que el dinero faltante tuvo que ser utilizado para pagar el cambio de los vuelos, que fueron adquiridos en Aeroméxico; sin embargo, el Conacyt contempla recursos específicos para ese gasto.
Por otra parte, la joven también se comunicó con la aerolínea, donde los empleados le informaron que debido a la pandemia, todos los cambios en los vuelos fueron gratuitos.
A las irregularidades en los pagos de las becas y del proceso de admisión, se suman las faltas de algunas de las beneficiarias, pues según Angelina no todas asistieron a los cursos que están obligadas a tomar, como parte de las actividades del programa.
Cuando Angelina se dio a la tarea de investigar y cuestionar la falta de transparencia de la UAGro, logró comunicarse con la subdirectora de Promoción y Difusión del Conacyt, Miriam Carrillo Barragán, quien le informó que Berenice Illades solicitó el cambio de modalidad de la estancia extranjera, de presencial a virtual, el 20 de mayo pasado, pero las beneficiarias no fueron informadas hasta un mes después.
Además, las clases virtuales de inglés coinciden en horario con las asignaturas que las jóvenes tienen en sus respectivos posgrados.
Una irregularidad más, apuntaron, es la falta de comunicación. Angelina se enfrentó a comentarios misóginos de Gerardo Ibañez. “¿No tienes novio, verdad?”, comentó el universitario cuando la joven se quejó de que el maestro llegaba tarde a sus clases de capacitación.
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Junto con otras de sus compañeras como Azucena Silva Flores y Carmen Celestina Pascualeño Bello, quienes estudian Maestrías en la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma de Querétaro, respectivamente, Angelina decidió pronunciarse en contra de la situación, al igual que otras mujeres indígenas que fueron beneficiarias otros años.
Miriam Carrillo dijo que ya se investiga la situación de la UAGro, pues para aplicar sanciones se requieren pruebas. “Nosotras pedimos que se esclarezca el proceso, no son intereses económicos los que nos mueven, lo que no fue para nosotras, que sea para las que vienen”, concluyó Angelina.
