Por Claudio Ochoa Huerta
Una mujer estaba sedada, pero consciente. Escuchó que el ginecólogo que le aplicaba una histerectomía reconoció haberse equivocado. "Retiré el ovario incorrecto", le dijo a su enfermera. Al médico no le importó su error y procedió a retirar el otro ovario, que presuntamente tenía un quiste.
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La joven paciente salió del consultorio sin posibilidades de tener un hijo y tuvo que regresar a su país a compartir la noticia con su esposo.
Este es uno de los testimonios de decenas de mujeres migrantes que fueron sometidas a esa práctica bajo la custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, ICE por sus siglas en inglés, en un centro de detención de Irwin, Georgia.
A través de un informe de 27 páginas, la organización no gubernamental Project South, ubicada en Atlanta, Georgia, reveló las historias basadas en declaraciones de Dawn Wooten, una enfermera contratada por el centro, quien renunció a mediados de este año y ahora es una denunciante protegida. El documento también incluye testimonios de mujeres víctimas de la práctica.
En el apartado 4 "Falta de cuidados médicos", inciso D), Wooten describe como "preocupante" el alto número de mujeres migrantes detenidas que recibieron una histerectomía, parcial o total, de un mismo médico ginecólogo, al grado de que ella se preguntó cómo los úteros de tantas mujeres podrían estar mal.
Wooten asegura que toda mujer que era enviada a ese doctor particular recibía una histerectomía, sin siquiera entender el porqué. Agrega que ese ginecólogo recibió el apodo de "el recolector de úteros", por considerarlo un especialista en el procedimiento.
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Una de las mujeres citadas en el documento agrega que al conocer a tantas víctimas del procedimiento en un solo lugar, pensó que se trataba de un campo de concentración experimental. "Cómo si experimentaran con nuestros cuerpos", añadió.
El documento también revela la insalubridad en los espacios de detención de migrantes, los riesgos de contagio de coronavirus en la creciente ola que afecta a Estados Unidos desde hace seis meses, la falta de pruebas de detección, y la obligación de que empleados diagnosticados como positivos se presenten a trabajar.
El documento enviado este lunes al Departamento de Seguridad Nacional, la Oficina Para los Derechos Civiles y las Libertades, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas en Atlanta, y el centro de detención del condado de Irwin, solicita una revisión de las quejas de manera inmediata, para que se atiendan, corrijan, y expliquen esas prácticas.
Para ver el informe completo: https://projectsouth.org/wp-content/uploads/2020/09/OIG-ICDC-Complaint-1.pdf