Este 2 de mayo se cumplen once años del triunfo del Barcelona 2-6 ante el Real Madrid, en el Santiago Bernabéu.
El Barcelona era dirigido por Josep Guardiola y con Lionel Messi en plena explosión.
Junto a Alves, Puyol, Abidal, Touré, Xavi, Eto’o, Henry, Piqué, Iniesta y Valdés, Messi asaltó el Bernabéu con una goleada salvaje.
El Clásico anterior, disputado cuatro meses y medio antes, se lo llevó el Barcelona por 2-0, con goles de Eto’o y Messi.
Con ese 2-6, el Barcelona llegó a 38 puntos, ocho por encima del Valencia y 12 más que el Real Madrid.
Pero en la segunda vuelta el Real Madrid encadenó 18 victorias y un empate.
Llegó así a la jornada 34 a cuatro puntos de distancia del Barcelona, con la ilusión de recortarlo a uno en el Clásico.
Faltaban cinco jornadas para terminar la temporada y el duelo en el Bernabéu era vital.
EL PARTIDO
Higuaín hizo el gol de la ilusión madridista, pero en dos minutos Henry y Puyol le dieron la vuelta al marcador.
En el minuto 36 Messi colocó el 1-3. El dominio ya estaba claro y establecido.
El el segundo tiempo, Sergio Ramos apretó el marcador y revivió la esperanza.
Pero Henry hizo el 2-4 al minuto 58 y liquidó al rival.
La pesadilla del Real Madrid llegó con el 2-5 de Messi y el éxtasis del Barcelona estalló con el 2-6 de Piqué.
Ese triunfo le garantizó el título de Liga a un Barcelona que luego ganó la final de la Champions y cerró una temporada de ensueño con la Copa del Rey.
NACIÓ EL FALSO 9
En diversos medios se volvió popular la historia detrás de este partido, en la que Guardiola movió a Messi de su posición habitual.
El diario Olé lo describió así: “En un momento de inspiración, mientras observaba un video con distintos movimientos del clásico rival, Guardiola se convenció de algo que ya giraba en su mente y que le pareció que iba a ser una fórmula mágica.
Acto seguido, llamó por teléfono a Lionel Messi y le pidió que se trasladara inmediatamente al club para una reunión a solas.
Y que por favor no le contara a nadie. Ya era de noche. El plan estaba en marcha.
La tarde del 2 de mayo, de visitante en el clásico, en un momento del primer tiempo llegó la orden de Pep desde el banco y se produjo un intercambio posicional en el ataque.
Leo, tal como le había pedido Guardiola la noche anterior, fue hacia el centro y Samuel Eto’o, que se enteró minutos previos al partido de la movida táctica, se corrió a la banda derecha.
“Cuando vayas al medio, te alejas de los centrales y juegas a espaldas de los mediocampistas. Xavi e Iniesta te pasarán el balón y tú lo que debes hacer es encarar hacia la portería”, le había indicado en su oficina mientras le mostraba un video esclarecedor: la zaga central del Madrid (Metzelder-Cannavaro) no achicaba hacia adelante como sí lo hacían los volantes y ese espacio era terreno fértil para que el joven Messi de casi 21 años lo pudiera explotar.
“Y si la zaga rival lo perseguía, los extremos (Henry y Eto’o) debían hacer la diagonal para aprovechar la zona liberada. Del dicho al hecho. De la teoría a la práctica. Un Leo obediente cumplió la orden, el Barca goleó 6-2 al Madrid para asegurarse la Liga y ese día marcó el nacimiento del ex extremo como falso nueve”.