Denise Dresser aborda las muestras de autoritarismo más recientes del presidente Andrés Manuel López Obrador, como la designación de Lenia Batres en la Suprema Corte, los contratos a los amigos de su hijo Andy y la rasurada al censo de desaparecidos, así como la iniciativa para eliminar el INAI y los órganos reguladores de competencia.
La politóloga explica los argumentos que dan los propagandistas del régimen para defender su accionar, equiparando popularidad con buena gobernanza, del mismo modo que lo hacen los beneficiarios de las políticas públicas de un gobierno que antes no los tomaba en cuenta, como ocurrió antaño con Carlos Salinas y su programa Solidaridad.
Frente a una democracia cuya consolidación es reciente y una tradición de larga data en que se venera al tlatoani, la escritora sugiere a quienes justifican al actual gobierno que recuerden, a semejanza de la famosa frase acuñada por el expresidente Bill Clinton, que “es la democracia, ¡estúpido!”
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