Aeroméxico y los vuelos cancelados: ¿qué dicen los pilotos?

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Foto: Shutterstock

Por Enrique Pons Franco

En esta semana se reportó que la aerolínea Aeroméxico canceló más de 50 vuelos, y en otros cientos se presentaron largas demoras, en perjuicio de los pasajeros. Las primeras versiones no oficiales han señalado que estos hechos son ocasionados por los pilotos, las tripulaciones y, en general, por la posición que ha adoptado la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), al negarse a trabajar.

Por principio de cuentas, debes saber que la Ley de Aviación Civil (LAC) expresamente dispone que los únicos responsables ante los usuarios por demoras y/o cancelaciones son los prestadores de los servicios, es decir, la aerolínea. Como ejemplo, la LAC señala que, para casos de demoras en relación con la hora de salida estipulada en el boleto, el pasajero debe ser indemnizado y/o compensado de alguna de las siguientes formas.

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Cuando la demora sea superior a una hora e inferior a cuatro, se compensará, como mínimo, con descuentos para vuelos en fecha posterior hacia el destino contratado y/o alimentos y bebidas. También, si la demora es mayor a dos horas, pero menor a cuatro, los descuentos no podrán ser menores al 7.5% del precio del boleto.

De igual forma, ante la cancelación del vuelo, la aerolínea debe reintegrar el precio del boleto o la proporción que corresponda a la parte no realizada del viaje; u ofrecer el primer vuelo disponible y proporcionar alimentos de conformidad con el tiempo de espera hasta el embarque en otro vuelo; alojamiento en hotel del aeropuerto o de la ciudad cuando se requiera pernocta y, en este último caso, transporte terrestre desde y hacia el aeropuerto.

Ahora bien, sabiendo qué es lo que dice la ley y a quién atribuye la responsabilidad por la cancelación o demora de los vuelos, quise ir un poco más a fondo y consulté vía telefónica al C.P.A. José Gerardo Alonso Torres, secretario de prensa y publicidad de la ASPA, y esto fue lo que me explicó.

De acuerdo al capitán Alonso, las cancelaciones se están dando en la sala de última espera e incluso, ya con los pasajeros dentro del avión, como le sucedió a Noemí, una pasajera que reportó ese hecho en su cuenta de Twitter @actnoemigarcia. Esto, según lo expresado por la ASPA, se origina porque la aerolínea pretende obligar a los pilotos a que sigan trabajando fuera del contexto que estipula el contrato colectivo de trabajo y que en resumen obliga a que los pilotos deban trabajar hasta un máximo de 12 horas diarias en condiciones normales, sin que exceda de 15 horas, quedando estas tres horas adicionales a criterio del trabajador y eximido de responsabilidad si decide no laborarlas.

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Ahora, ¿cómo opera este mecanismo? Básicamente, la jornada de un piloto comienza una hora antes de la hora programada para el despegue de su primer vuelo y comprende hasta media hora después que el avión aterriza, se activan los frenos de la aeronave y se abre la primera puerta. También considera los tiempos de espera entre que descienden los pasajeros y despega el siguiente vuelo. Así, hasta que se llegue el límite de las 12 horas diarias, en las que, a partir de la novena hora, se computan como horas extras. No obstante, el contrato colectivo de trabajo también estipula que dos veces a la semana la aerolínea puede obligar a los pilotos a que su jornada de trabajo pueda llegar hasta las 14 horas diarias bajo los supuestos antes señalados.

Para ponerlo en otro contexto, imaginemos un caso en el que un vuelo está programado para salir de un punto de Estados Unidos a las 18:00 horas con destino a la CDMX. El tiempo de vuelo es de cinco horas; sin embargo, los pilotos que deben cubrir ese trayecto comenzaron a computar su jornada a las 07:00 horas. A la hora del vuelo, esos pilotos ya llevan 11 horas de trabajo, por lo que si sumas las cinco horas que tomaría el trayecto a la media hora posterior al desembarco, la jornada de estos pilotos excedería por mucho lo pactado en el contrato colectivo de trabajo, pero, además, pondría en riesgo la seguridad de los pasajeros, y allí es donde se está originando el conflicto.

A falta de un posicionamiento oficial de la aerolínea, todo parece indicar que el conflicto se está generado por una planeación deficiente en la programación de los vuelos, que no está considerando, en todos los casos, las horas que los pilotos se encuentran obligados a cubrir conforme su contrato. Si a esto le sumamos el hecho que los pilotos renegociaron su contrato colectivo durante la pandemia de Covid-19 y aceptaron la reducción de su salario y de prestaciones, todo esto, en aras de mantener en el aire a la compañía, indicaría que la razón les asiste a los trabajadores y pondría la mesa para abrir una negociación entre las partes.

Claro está, con independencia de quién tenga los mejores argumentos para ganar la discusión, los pasajeros están quedando en medio del conflicto y quien debe responder ante ellos es la aerolínea. Convendría que, como en otros casos, la Profeco pusiera los medios a su alcance para iniciar una acción colectiva y los pasajeros lograran hacer efectivos sus derechos como consumidores, pues en última instancia, la responsabilidad conforme a la ley es atribuible a la aerolínea y es esta, la que deberá resolver sus problemas con los trabajadores.

En espera que Aeroméxico pueda alcanzar un nuevo acuerdo con sus pilotos, y que los usuarios dejen de sufrir afectaciones, nos leemos la próxima semana. Mientras tanto, te espero en Twitter como @enrique_pons.

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