Por Montserrat Peralta
Entre 2020 y noviembre de 2022, un total de 262 personas en situación de calle fallecieron en siete Centros de Asistencia e Integración Social (CAIS) de la Ciudad de México, de acuerdo con información de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso).
Los datos obtenidos por Latinus vía transparencia revelan que las causas de las muertes fueron variadas. Se registraron neumonías, infartos y choques sépticos que padecían personas de entre 28 y 113 años.
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El año con más registros de decesos fue el 2020 con 169, seguido de 60 en 2021 y 2022 con 33.
El destino de los cadáveres fue la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Ministerio Público y, en pocos casos, se entregaron los familiares.
La Sibiso estimó que en la capital del país hay 932 personas en situación de calle, de acuerdo con datos del Conteo Anual 2019-2020. El 86% son hombres y 13% mujeres con una edad promedio de 43.5 años.
De las personas que fueron encuestadas por la dependencia, el 22.7% dijo que tenían menos de un año en situación de calle y el 18.2% señaló que llevaba entre uno y dos años. En cuanto a las razones por las que dijeron vivir en la calle, se encontraron problemas con la familia y económicos.
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La pandemia a causa de Covid-19 impactó fuertemente a las personas sin hogar. La Secretaría de Inclusión y Bienestar Social indicó que en 2020 se incrementó la capacidad del albergue principal transitorio de 650 a 750 personas y se abrieron dos nuevos espacios de atención emergentes para 175 personas.
Sin embargo, las acciones gubernamentales durante la pandemia para este sector de la población fueron insuficientes, según indica el artículo “Población en situación de calle en la Ciudad de México durante la pandemia por la Covid-19”, de Alejandra Toscana Aparicio, doctora en geografía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“Los programas gubernamentales en apoyo a la población por la pandemia han sido escasos y para las poblaciones de la calle se han reducido a brindarles cubrebocas, gel antibacterial (en esto también han participado asociaciones civiles) y a confinarlos en los albergues y refugios disponibles, sin embargo, esto no mejora su condición de exclusión”, indica Toscana Aparicio en su texto.
Toscana señala que la mortalidad de las personas “en situación de calle” es alta debido a los peligros intrínsecos de la intemperie, como robos, maltrato, explotación sexual, salud deteriorada y adicciones. A ello se suma la posibilidad de contagio por la necesidad de estar en sitios concurridos para alimentarse y la dificultad de quedarse en casa.
