Las controversias diplomáticas de Pablo Monroy, el embajador expulsado de Perú tras seis meses en el cargo

Foto: SRE

Por Isabella González

Oficialmente, Pablo Monroy Conesa representó a México ante Perú durante seis meses y 20 días. Apenas el 31 de mayo de este año, el miembro del Servicio Exterior Mexicano (SEM) presentó sus cartas credenciales al entonces presidente, Pedro Castillo.

Monroy Conesa lo hizo, después de que el 1 de marzo pasado el Senado de la República lo ratificara a pesar de que, como integrante del SEM, no tenía el rango requerido para ser embajador.

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Pero este martes 20 de diciembre, el gobierno del Perú declaró persona non grata al representante diplomático mexicano, debido a las expresiones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la situación política en ese país.

El embajador expulsado es apenas segundo secretario, por lo que todavía le faltan tres ascensos para llegar al grado de ministro requerido por el artículo 22 de la Ley de Servicio Exterior Mexicano para aspirar a una embajada.

La Ley del SEM indica que los rangos de la rama diplomático-consular son, en orden ascendente: agregado diplomático, tercer secretario, segundo secretario, primer secretario, consejero, ministro y embajador.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), Monroy fue nombrado embajador en Perú, donde vive su novia, porque el presidente López Obrador tiene la facultad de nombrar como titulares de embajadas y consulados generales a personas mexicanas por nacimiento que no tengan otra nacionalidad, que estén en pleno goce de sus derechos civiles y políticos, sean mayores de 30 años y reúnan los méritos suficientes para el eficaz desempeño de su cargo, ya sean del SEM o no. 

Además, en una carta enviada a Latinus en marzo pasado, la Cancillería afirmó que, en gobiernos anteriores, el mandatario mexicano ha nombrado titulares de embajadas a miembros del Servicio Exterior Mexicano con rangos inferiores a ministros, aunque esto sea contrario a lo que establece la Ley del SEM

Pablo Monroy estudió derecho en la Universidad Iberoamericana y antes de ingresar al SEM, se desempeñó como abogado internacional en la firma estadounidense Cleary Gottlieb Steen y Hamilton, con sede en Nueva York.

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Como miembro de la diplomacia mexicana trabajó en la Subsecretaría para América del Norte y la Delegación de México ante la Organización de Estados Americanos, pero en 2017, de acuerdo con sus declaraciones patrimoniales publicadas en Declaranet, Pablo Monroy pidió licencia para fundar una empresa cervecera, Microcerveceria Alambique S.A. de C.V., en la cual tiene el 15% de participación.

En 2019, ya con Marcelo Ebrard al frente de la Cancillería, regresó al SEM como consultor jurídico adjunto de la dependencia, después de que Alejandro Celorio Alcántara fuera nombrado nuevo titular de la consultoría jurídica.

En esa posición, Monroy Conesa estuvo a cargo de presentar la demanda de México contra los fabricantes de armas en Estados Unidos, uno de los temas prioritarios en la agenda del canciller, pero que fue desechada por un juez el 30 de septiembre.

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Conflictos diplomáticos

Apenas cinco días antes de la expulsión del embajador mexicano, el gobierno encabezado por Dina Boluarte anunció que llamaría a consulta a sus embajadores en México, Colombia, Argentina y Bolivia, por lo que considera “una injerencia en sus asuntos internos” por parte de los presidentes de esos países al cuestionar la destitución del expresidente Pedro Castillo.

Asimismo, previamente, la Cancillería peruana convocó al embajador de México para transmitirle su rechazo por las “expresiones de las autoridades mexicanas” que, a juicio del Ejecutivo, “constituyen una injerencia en los asuntos internos” del país andino.

Sin embargo, las expresiones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la situación en Perú no cesaron. El mandatario ha señalado que la relación de México con Perú está “en pausa” y que él no reconoce a Boluarte como presidenta, ya que consideró que Castillo sigue siendo presidente.

Incluso, después de la destitución de Castillo, el gobierno mexicano se unió a los de Colombia, Argentina y Bolivia para pedir a las instituciones peruanas “abstenerse de revertir la voluntad popular expresada con el libre sufragio”, y ofreció asilo político en territorio mexicano al mandatario destituido.

La crisis política en Perú se desató el pasado 7 de diciembre, cuando el Congreso peruano destituyó por incapacidad moral a Castillo, horas después de que este intentara disolver al parlamento en un anuncio transmitido por televisión.

Al momento de ese mensaje, faltaban tres horas para que comenzara la sesión parlamentaria en la que se preveía debatir la propuesta para destituir a Castillo por denuncias de corrupción en seis casos que la fiscalía de Perú se encuentra investigando.

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México es uno de los principales socios de Perú en el ámbito económico y comercial, pues el país andino es el segundo receptor en América Latina de inversión extranjera directa mexicana, después de Brasil.

Esta relación suma casi 17 mil millones de dólares en los últimos 10 años, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Asimismo, el comercio entre ambos países durante 2018 fue de dos mil 130 millones de dólares, con exportaciones a la nación andina por un valor de mil 650 millones de dólares e importaciones a México por 479 millones.

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