Tus datos personales para ir al futbol: cuidado

Por Enrique Pons Franco

No sé si lo hayas pensado, pero cada vez que se impone una medida por “nuestra seguridad”, en la misma proporción algún derecho se restringe, extingue o alguien saca provecho de ello. En esta ocasión, a raíz de la violencia generada en los estadios de futbol mexicanos, varios equipos, con el aval de la federación que dirige este deporte, anunciaron hace meses la implementación del modelo denominado “Fan ID” para permitir el ingreso de aficionados a los eventos. De eso quiero hablarte hoy.

Hace algunos meses, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) emitió una opinión técnica derivada de un documento presentado por la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y la Liga MX, en el que plantearon cómo operará el sistema. Hasta donde se sabe, el “Fan ID” será una herramienta tecnológica que tratará datos personales —se ha mencionado que incluso biométricos— de los aficionados, por lo que se debe garantizar el debido cumplimiento de los principios, deberes y obligaciones previstas en la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares.

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Entre las recomendaciones que emitió el INAI se hizo hincapié en la necesidad de generar un enfoque integral tanto de la operación de las herramientas tecnológicas como del uso que se dé a los datos personales por parte de los involucrados en el tratamiento, por lo que deben valorarse de forma completa los impactos y asegurarse que los riesgos estén controlados en cada una de las fases del tratamiento y del ciclo de vida de los datos personales.

Asimismo, se advirtió la importancia de corroborar que no se cuenta con mecanismos menos invasivos para lograr la seguridad en los estadios, que recaben un número menor de datos personales y/o tecnologías menos intrusivas, tomando en cuenta antecedentes nacionales e internacionales en torno al tratamiento de datos biométricos a gran escala, particularmente al reconocimiento facial y el eventual perjuicio a principios y libertades de las personas dependiendo del contexto de uso o tratamiento.

El INAI también recomendó que se fortalezca la implementación del “Fan ID” a través de un instrumento de planeación que permita definir claramente las etapas del tratamiento de datos personales e integrar a otros actores involucrados, como las personas aficionadas, la academia y sociedad civil, a fin de confirmar que se cuentan con todos los elementos para el debido tratamiento de la información personal.

Ahora bien, ¿hasta dónde es lícito que un aficionado deba registrar sus datos para entrar a un evento masivo? ¿Es una medida proporcional para garantizar la seguridad? ¿Qué pasará cuándo esos datos sean sustraídos o utilizados indebidamente? ¿Quién responderá por los daños y su mal uso? Y lo más importante, ¿por qué los aficionados van a estar obligados a compartir su información con fines de seguridad si se supone que dicha obligación recae directamente en las autoridades y en los organizadores del evento?

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No debemos olvidar que nuestros datos son el oro del siglo XXI, y que las corporaciones se dieron cuenta que la captación, manejo, y segmentación de nuestros datos constituyen una importante fuente de información, que bien organizada, proporciona una data estratégica de patrones de consumo —tales como viajes, ropa, comida, salud, o deportes—, lo cual no representa un problema cuando se respeta lo privado o se tiene el consentimiento de su titular, o sea, tú.

De esta forma, con el “Fan ID” se podrán estructurar y modelar cadenas de datos, con patrones de volumen, variedad, velocidad, valor y veracidad de la información que compartan los aficionados cuando entren a un estadio de futbol. Por ejemplo, permitiría estructurar y correlacionar los patrones de edad-sexo-asiento para poder dirigir publicidad estratégica y, por supuesto, establecer costos, así como incrementar el precio de los boletos. Vamos, un negocio redondo a costa de nuestros datos y cobijados por el argumento de la “seguridad”.

Por ejemplo, la consultora Price Waterhouse Cooper, destaca un estudio del INAI y estima que nuestra información en el mercado mexicano llega a valer hasta 235 pesos, dependiendo, claro está, de su volumen, variedad, velocidad, valor y veracidad. Con esa cifra, te invito a reflexionar sobre la cantidad de información que posiblemente vamos a dejar en la “Fan ID”, abonada al promedio de 147 mil fotos y 150 mil mensajes que se compartieron por minuto en Facebook, o a las 347 mil historias y 138 889 “clics” en anuncios de perfil comercial por minuto que dejamos en Instagram.

Te espero en mi cuenta de Twitter @enrique_pons. Nos leemos la próxima semana.

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