El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y muchos expertos, ha declarado que las votaciones este 8 de noviembre van a hacer un verdadero punto de inflexión en la democracia estadounidense, debido a que se sabrá quién tomará el control de ambas Cámaras, que actualmente se encuentra en manos de los demócratas.
El presidente Biden declaró que los candidatos republicanos han advertido que desconocerán las elecciones en caso de que los resultados no les favorezcan y afirmó que instarán a los votantes a rechazarlos.
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Y los republicanos acusan a Joe Biden de realizar políticas en favor de los demócratas para que ellos ganen en sus estados, como la liberación de barriles de petróleo para reducir temas inflacionarios, ya que indican que encuestas han revelado que este tema es parte de las preocupaciones de los estadounidenses.
Para las elecciones de este 8 de noviembre está en juego un tercio de los 100 puestos del Senado y los 435 de la Cámara de Representantes, pero también los gobernadores de 36 estados y tres territorios y cientos de cargos públicos a nivel estatal y local.
Los expertos, analizando las encuestas sobre tendencia del voto, prevén que la Cámara de Representantes pierda el control demócrata, que se quedará con sólo 206 escaños, mientras que los republicanos obtendrían la mayoría con 229.
En el caso del Senado, los expertos señalan que los resultados siguen siendo impredecibles, ya que encuestas dan ligera ventaja a los republicanos, otras van por un empate y algunas más dan la ventaja a los demócratas, pero no dan sobre una fuerte mayoría en favor de alguno.
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Un regreso al poder de los republicanos sería un triunfo para Donald Trump, que ha luchado contra los intentos que encabezan los demócratas de hacerlo rendir cuentas por la insurrección en el Capitolio del 6 de enero de 2021.
También implicaría un revés para Biden y los demócratas, que tendrían que ajustar su estrategia de cara a las próximas elecciones si es que quieren conservar la Casa Blanca.
El impacto para las elecciones presidenciales de 2024
Las elecciones de Estados Unidos son supervisadas por los estados y dirigidas por funcionarios locales, ya sean estatales, de condado o incluso de municipio. El país tiene unas 10 mil jurisdicciones encargadas de supervisar el proceso electoral.
En 2020, el entonces presidente Donald Trump proclamó que la falta de resultados finales en la noche de la elección podía ser un indicador de algo nefasto y lo usó para asegurar sin evidencia que la elección había sido robada. Debido a esto, millones de estadounidenses cuestionan la legitimidad del mandato de Joe Biden.
En el contexto actual, se prevé que el expresidente Trump vuelva a postularse como candidato presidencial republicano y para él es importante contar con aliados o simpatizantes en esos puestos de los estados bisagra, que pudieran estar dispuestos a anular los resultados electorales o generar durante los próximos dos años legislaciones estatales para hacerlo.
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La gran mayoría de los republicanos que se tiene previsto regresen a Washington el próximo año, así como una buena parte de aquellos que esperan ganar un primer periodo, son leales a Trump y han seguido su ejemplo en sus políticas y posturas.
Nunca en la historia de Estados Unidos hubo tantos candidatos que cuestionan abiertamente la legitimidad del presidente en turno.
La importancia de los estados bisagra
Ante este juego electoral hay seis estados que están en la mira de los republicanos y demócratas, donde la decisión de los ciudadanos está más allegada a los temas de aborto, energía, economía, migración e investigación contra el expresidente Donald Trump.
Los estados que están en la mira son Pennsylvania, Arizona, Georgia, Michigan, Wisconsin y Nevada.
En Pennsylvania, los republicanos han prometido a sus habitantes dejar de dar cobijo a los migrantes y a las políticas migratorias, de igual forma como no impulsar las políticas para tener control de armas.
Los republicanos esperan mantener un escaño en el Senado con Mehmet Oz, mientras que el vicegobernador John Fetterman espera no perder el escaño de los demócratas.
Para el caso de Arizona, los demócratas quieren convencer a los ciudadanos con el impulso de energías limpias, eliminación de impuestos para artículos de bebé, al igual que de medicamentos. Por la parte de los republicanos abogan por regulaciones estrictas para migrantes y protección a la Segunda Enmienda que habla de portación de armas.
Los republicanos esperan con estas promesas recuperar Arizona después de que los demócratas lo ganaron en el 2020, cuando Biden ganó el estado y Mark Kelly ganó un escaño en el Senado.
En Georgia la carrera para cubrir un escaño en el Senado está muy cerrada, ya que Raphael Warnock (demócrata) y Herschel Walker (republicano) tienen una diferencia mínima, el candidato republicano supera al demócrata por sólo tres puntos, con porcentajes respectivos del 45 y 48%.
Para Michigan, las candidatas a la gubernatura tienen una diferencia de seis puntos porcentuales, donde la candidata demócrata Gretchen Whitmer ganaría la elección frente a su rival republicana, Tudor Dixon, mientras que los escaños de los representantes de esa entidad en ambas Cámaras siguen sin definir una tendencia.
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En el caso de Wisconsin, los ciudadanos están más divididos: el senador republicano Ron Johnson y el gobernador demócrata Tony Evers enfrentan campañas de reelección altamente competitivas. Los demócratas están recibiendo apoyo de los obreros de Milwaukee y de la capital de Madison.
Para Nevada, los expertos señalan que los republicanos llegan a tener buena respuesta en los condados rurales, pero en zonas como Las Vegas no marcan una repunte. El estado actualmente intenta recuperarse económicamente por la pandemia, por lo que los habitantes buscan quien los apoye en esto.
Encuestas y expertos señalan que la economía será importante en las elecciones debido a que la inflación ha llegado a 9.1%, un nivel alto. Históricamente, las elecciones intermedias favorecen al partido que no está en la Casa Blanca.
¿Qué significaría para Biden una Cámara de Representantes de mayoría republicana?
La Cámara de Representantes, que Biden y algunos aliados y asesores predijeron que los demócratas podrían mantener a principios de este año, se está decantando de forma clara hacia los republicanos, según analistas de encuestas, entre ellos FiveThirtyEight.
Las prioridades demócratas como el acceso al aborto, el combate al cambio climático y un mayor control en la venta y tenencia de armas de fuego quedarían marginadas de inmediato. Y la mayor parte de, o toda, la agenda del presidente Joe Biden quedaría prácticamente muerta para los últimos dos años de su mandato.
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Además, los republicanos podrían impulsar nuevas leyes para frenar la migración y el gasto, usando el límite de la deuda como moneda de cambio.
También se espera que los republicanos inicien investigaciones sobre el gasto demócrata y los negocios y la vida privada del hijo del presidente, Hunter Biden. Algunos legisladores dicen que esperan impugnar a Biden, a miembros de su gabinete o a la vicepresidenta Kamala Harris.
De todas formas, nada pasa a ser ley sin la firma de Biden. Las iniciativas para financiar al gobierno, elevar el límite de la deuda y lidiar con temas militares son necesarios para que el gobierno funcione. Esas iniciativas posiblemente se convertirán en puntos álgidos durante las negociaciones entre republicanos, demócratas y la Casa Blanca.
¿Qué pasa si los demócratas ganan?
Si los demócratas conservan el Senado y los republicanos ganan la Cámara de Representantes, será improbable que las dos cámaras encuentren muchos puntos en común. Pero los republicanos podrían intentar persuadir a los senadores demócratas moderados en algunas iniciativas.
Si los demócratas fueran capaces de conservar la mayoría en ambas cámaras, posiblemente reanudarían las negociaciones en algunos de los temas de la agenda de Biden que nunca fueron aprobados, incluyendo su nuevo paquete de programas sociales y económicos que se estancó en medio de desacuerdos internos entre demócratas.
Con Información de EFE, Reuters y AP.
