Por Ana Lucía Hernández
La atención, detección y prevención de enfermedades graves como el cáncer ha empeorado en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador: se dejaron de comprar medicamentos oncológicos y se recortaron presupuestos.
En los cánceres de mama y el cervicouterino, primeras causas de muerte en mujeres mexicanas, la disminución de las partidas en 2020 fue de hasta 40 por ciento respecto a lo destinado en 2018, que para entonces ya era insuficiente.
El escenario no es prometedor para 2023. El próximo año se recorta de nuevo el presupuesto del sistema público de salud y, por tercer año consecutivo, el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) deberá regresar a la Tesorería de la Federación todo su remanente.
¿En qué se utilizará el dinero que se regresa del Fonsabi? No se sabe, ni las autoridades hacendarias ni las de salud lo informan. La única certeza es que una vez hecha la transferencia, de acuerdo con la organización México Evalúa, “la administración habrá consumado la apropiación de 110 mil millones de pesos que tenía el fondo a finales de 2018”.
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