Bitcoin: de la euforia a la depresión

Bitcoin: de la euforia a la depresión
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En tan solo seis meses Bitcoin, la criptomoneda más conocida en el mercado financiero acumula una caída de 57%, lo que significa que los inversionistas perdieron en dicho lapso dos terceras partes de su riqueza. Algunos entrados en pánico temen que se extienda la baja y otros, con mayor experiencia en el mercado, sugieren que no se mantendrá a la baja permanentemente.

Desde la perspectiva de las cotizaciones del Bitcoin en un plazo mayor, es posible señalar que ésta historia ya la hemos visto: los ciclos de fuerte alza son seguidos por caídas de prácticamente la misma magnitud. Es parte del ciclo inherente a cualquier mercado pero es mucho más evidente en el de criptomonedas que, pese a su acelerado y extendido crecimiento en los últimos años, aún luce pequeño y frágil considerando los mercados financieros tradicionales.

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La semana que terminó, el Bitcoin tocó la cotización mínima de 28 mil 688 dólares, movimiento con el que se extendió la caída iniciada en la primera semana de ese mismo mes, con ello tan solo en la primera quincena del mes redujo su valor en 23%. El movimiento de baja se aprecia de mejor manera desde su máximo histórico el 10 de noviembre de 2021, cuando alcanzó los 68 mil 925 dólares, desde ese punto máximo la caída es de 57%; es decir, en tan solo seis meses los inversionistas o tenedores de Bitcoin, perdieron dos terceras partes de su riqueza.

Las explicaciones del desplome del Bitcoin varían. Le ha impactado la pandemia, así como las fuertes medidas a nivel nacional contra las criptomonedas, el repunte histórico en la inflación, la desaceleración de la actividad económica y, más recientemente, el alza en las tasas de interés aplicado por la Reserva Federal de Estados Unidos y cuyo efecto tiene repercusiones directas sobre prácticamente todas las economías del orbe.

Aunque las criptomonedas tienden a sincronizarse cada vez más con las acciones tecnológicas, los inversionistas las consideran como activos de riesgo. Con frecuencia recienten los efectos de la incertidumbre en la coyuntura económica y se deshacen de éstos para buscar instrumentos financieros, que sí bien pueden ofrecer menos rendimiento en el corto plazo, funcionan al brindar seguridad y estabilidad.

Lo destacado en esta historia

De nueva cuenta la crisis en las criptodivisas sorprendió sin la presencia de un regulador. Así, la sensación de autonomía en los inversionistas se empezó a tornar en un sentimiento de indefensión. La característica de las criptomonedas, de ser un mercado desregulado, descentralizado y libre de todo control, hace que también todo sea por cuenta de los inversionistas.

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Coinbase, la plataforma más utilizada en Estados Unidos, luego de registrar una caída de casi 25% en sus ganancias, tuvo que informar a la Bolsa (NASDAQ) que los millones de usuarios de su sistema, no tienen siquiera derecho a reclamar en caso de que la compañía caiga en bancarrota. Esa no es una decisión de la empresa, sino que por ley está obligada a que los fondos que retienen sean usados para cubrir sus deudas en caso de bancarrota.

Por su parte Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, en el ánimo de matizar la situación señaló que tal situación “no la caracterizaría como una amenaza real para la estabilidad financiera, pero las criptomonedas están creciendo muy rápidamente y presentan el mismo tipo de riesgos que hemos conocido durante siglos en relación con las corridas bancarias”.

Algo de historia

Bitcoin, criptomoneda y un sistema de pago sin banco central o administrador único y con apenas poco más de 12 años de vida, llamó poderosamente la atención entre los inversionistas hasta diciembre del 2017 cuando alcanzó un precio de 19 mil 891 dólares, luego de cerrar en diciembre de 2016 en 967 dólares. Es decir, en poco menos de un año registró una ganancia de 20 veces o de 1,863%, algo que sin duda llamó poderosamente la atención de todos aquellos que quisieran obtener rendimientos exponenciales en tan poco tiempo.

Sin embargo, la criptomoneda que emergió como un instrumento revolucionario en el mundo financiero no resiste el éxito y para diciembre de 2018, es decir, un año después cae hasta los 3 mil 285 dólares, una pérdida de 82.7%, con lo que los inversionistas se quedaron en dicho con tan solo el 17% del valor de la criptodivisa. Así, lo que rápido llego, rápido también se fue, pero la vida sigue y la criptodivisa emerge de nueva cuenta de entre los escombros y vuelve a escalar a niveles récord.

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Mucho se ha discutido sobre si el Bitcoin es como el dinero tradicional y puede ser una moneda de curso legal como el dólar, el euro o el peso, lo cual es sumamente complicado debido a las fortísimas variaciones en su precio. Un día puede aumentar 35% y al siguiente día caer 25%. Además, desde el punto de vista de la teoría monetaria, para que sea dinero, debe funcionar como reserva de valor, que sea una unidad de medida y que sea un medio de intercambio. Por ahora solo ayuda al intercambio de algunos bienes o servicios y su alta volatilidad la condena a que pueda no pueda convertirse en una moneda confiable y estable.

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