AP.- Más de mil bomberos, respaldados por excavadoras y aviones, lucharon el sábado contra el incendio forestal activo más grande de los Estados Unidos después de que fuertes vientos lo empujaron a través de algunas líneas de contención y lo acercaron a una pequeña ciudad en el norte de Nuevo México.
Las imágenes preliminares de mapeo durante la noche indicaron que el incendio que ha quemado al menos 166 casas creció en tamaño de 103 millas cuadradas (266 kilómetros cuadrados) el viernes a 152 millas cuadradas (393 kilómetros cuadrados) el sábado temprano, dijeron las autoridades.
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La ceniza transportada 7 millas (11 kilómetros) por el aire cayó sobre Las Vegas, una población de unos 13 mil habitantes, y los bomberos intentaban evitar que las llamas se acercaran, dijo Mike Johnson, vocero del equipo de manejo de incendios.
Los vientos más tranquilos del sábado ayudaron en el esfuerzo de extinción de incendios después de que las ráfagas aceleraran el avance del fuego a un punto el viernes cuando “observábamos el avance del fuego aproximadamente una milla cada hora”, dijo Jayson Coil, un oficial de operaciones contra incendios.
Pero se pronosticó un peligro de incendio más extremo para el domingo en partes de Nuevo México, Arizona, Nevada y Colorado, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Los vientos en el norte de Nuevo México alcanzaron los 105 kph (65 mph) el viernes antes de amainar a medida que se acercaba el anochecer. Para el sábado, los aviones que arrojan retardante de fuego y agua podrían resumir los vuelos para ayudar al personal de tierra y las excavadoras.
El rápido crecimiento del incendio el viernes obligó a las cuadrillas a cambiar repetidamente de posición debido a las condiciones amenazantes, pero lograron volver a participar de inmediato sin verse obligados a retirarse, dijo Coil. No se reportaron heridos.
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“Una especie de guiño a todos los que tomaron buenas decisiones sobre la marcha con información limitada en un entorno caótico con amenazas personales directas”, dijo Coil. “Ellos hicieron un excelente trabajo.”
Los vientos primero enviaron las llamas avanzando furiosamente el 22 de abril a través del paisaje del norte de Nuevo México. Desde entonces, las cuadrillas han trabajado para limitar el daño a la estructura instalando rociadores, bombas y mangueras y limpiando la vegetación alrededor de los edificios, dijeron las autoridades.
Con ese trabajo y cinco veces más bomberos ahora trabajando en el incendio, estaban en una posición mucho mejor que la semana anterior y estaban en camino de lograr un “progreso tremendo”, dijo el viernes Carl Schwope, comandante del equipo de gestión de incidentes.
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