El gobernador de Texas, Greg Abbott, aprobó este viernes el uso de 495.3 millones de dólares en fondos para operativos de seguridad en la frontera con México como parte de la Operación Lone Star, con los que buscan frenar el número de migrantes que ingresan de manera irregular al estado.
“Texas no se quedará al margen mientras el presidente Biden sigue haciendo la vista gorda ante la crisis en nuestra frontera sur (…) este financiamiento adicional garantiza que el estado de la estrella solitaria esté totalmente equipado para brindarles a los texanos la estrategia de seguridad fronteriza que exigen y merecen”, indicó Abbott.
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De acuerdo con la oficina del gobernador Abbott, de los 495.3 millones de dólares aprobados, la mayoría será empleado apoyar el despliegue de la Guardia Nacional de Texas en la zona fronteriza.
“465.3 millones de dólares apoyarán el despliegue de la Guardia Nacional de Texas. Este financiamiento abordará las necesidades inmediatas de seguridad fronteriza mientras se continúa evaluando el financiamiento futuro necesario para proteger a los texanos”, informó el gobierno texano en un comunicado.
“A medida que continúa la crisis fronteriza y la Administración Biden considera derogar el Título 42, millones de personas ingresan a nuestro país”, aseguró el vicegobernador Dan Patrick.
“Este financiamiento proporcionará a las agencias que participan en la Operación Lone Star los recursos necesarios para continuar con éxito el compromiso del estado de luchar contra el flujo de inmigrantes que ingresan ilegalmente a Texas“, dijo el doctor Bonnen, presidente del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de Texas.
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Greg Abbott fue criticado por las pérdidas económicas que causó su medida, impuesta a principios de abril, de inspeccionar a detalle cada uno de los camiones con bienes que ingresaban desde México para evitar que fueran utilizados para esconder migrantes.
Como resultado, se ralentizó el comercio internacional, con camiones haciendo filas por días, lo que provocó pérdidas millonarias.
Otra de las medidas que ha sido criticada por activistas y organizaciones fue enviar a los migrantes en autobuses y dejarlos frente al Capitolio en Washington D.C.
