Reuters.- Un incendio forestal que comenzó el miércoles por la tarde se extendió rápidamente a los bosques que rodean un área poblada al noreste de Sacramento, California, quemando casas, forzando evacuaciones de varias localidades y generando una enorme columna de humo visible desde al menos 110 kilómetros de distancia.
El incendio, llamado “River Fire”, quemó 400 hectáreas en un lapso de dos horas posteriores a su inicio y no se contuvo, informó el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
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Al menos cuatro casas fueron destruidas en Colfax, una ciudad de 2 mil personas a unas 80 kilómetros al noreste de Sacramento, según contó un testigo
La Oficina del Sheriff del condado de Placer emitió una orden de evacuación para Colfax y otras ciudades cercanas.
“Reúna sus elementos esenciales y salga del área de manera segura”, dijo la oficina en redes sociales.
En el condado de la vecina Nevada, le pidieron a los lugareños que desalojaron sus hogares, lo mismo que en otros cuatro condados que ya tenían una alerta de desalojo.
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Carrie Levine, una ecologista de incendios del cercano Grass Valley, dijo que su familia había sido desalojada incluso sin una advertencia oficial porque el fuego avanzaba muy rápido.
“Están muy cerca (los incendios), así que decidimos salir. Hay una gran columna de humo. Es bastante oscuro, como un humo púrpura, gris y espeluznante. Está en un cañón de río bastante empinado”, señaló Lavine.
Otro experto instó a las personas a desalojar sus viviendas porque era probable que el fuego siguiera propagándose rápidamente.
El River Fire estaba a menos de 150 kilómetros al sur del furioso Dixie Fire, que según Cal Fire, ha consumido 274 mil acres y sólo estaba contenido en un 35% tres semanas después de su inicio. Ese incendio destruyó al menos 67 estructuras y amenazó a miles más, informó el condado Sacramento Bee.
Más de una docena de incendios forestales ardían en todo el estado, que generalmente experimenta la temporada alta de incendios más adelante en el año. California estaba en camino de sufrir aún más acres quemados este año que el año pasado, que fue la peor temporada de siniestros registrada.
