Uniformes tirados a la basura por softbolistas pudieron cederse al museo: Comité Olímpico Mexicano

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Foto: Reuters

Por Alain Arenas

Las integrantes de la Selección Mexicana de Softbol que participaron en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y que tiraron a la basura indumentaria y artículos que utilizaron para la justa, pudieron ser donados al comité organizador, que a su vez se los pudo regalar a personas con bajos recursos económicos.

En entrevista con Latinus, Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano, reconoció que en Tokio 2020 las atletas pudieron donar los uniformes, pese a la emergencia sanitaria de la Covid-19.

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“En estos Juegos Olímpicos hubo la posibilidad de donar los uniformes. Siempre hubo posibilidades en ediciones pasadas. No fue la excepción en Tokyo y este proceso es bastante accesible para los atletas. La donación de estos uniformes tiene como destino final que los utilicen personas de bajos recursos”, sostuvo Padilla.

Playeras, manoplas, tenis, chamarras y otros artículos que utilizó la Selección Mexicana de Softbol -que concluyó en cuarto lugar en el torneo olímpico- fueron encontrados en bolsas de basura por las boxeadoras mexicanas Esmeralda Falcón y Brianda Cruz, quienes las fotografiaron y subieron las imágenes a sus redes sociales el jueves por la madrugada, tiempo de México.

Para ese momento, las integrantes de la selección de softbol ya habían abandonado la Villa Olímpica para tomar un vuelo con destino final a la Ciudad de México.

En un inicio, Cruz Rolando Guerrero, presidente de la Federación Mexicana de Softbol, justificó a las peloteras diciendo que dejaron los uniformes para evitar que les causara un sobre equipaje, cuando tomaran su vuelo de regreso.

Posteriormente, las peloteras Dallas Escobedo, Chelsea González, Danielle O’Toole, Taylor McQuillin, Anissa Urtez, Suzannah Brookshire-González y Tatyana Forbes emitieron un comunicado conjunto en el que lamentaban “que sus acciones hayan causado decepción en sus seguidores” y en el que coincidieron con la versión de Guerrero. Dijeron que llevaron todo el equipaje que “una maleta” les permitió llevar.

“El Comité Olímpico Mexicano siempre ha pagado cualquier costo de sobre equipaje en los Juegos Olímpicos. Se le puede preguntar a cualquiera. Si nos hubieran dicho (que tenían sobre equipaje) lo hubiéramos pagado, pero no fue así. También estaba la opción del avión presidencial (para regresar el equipaje de Tokio a Ciudad de México). No es válida esa justificación”, agregó Padilla.

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Las peloteras también tuvieron la opción de donar su ropa y artículos que utilizaron a los voluntarios o trabajadores que participaron en los Juegos Olímpicos 

Georgina Larrauz, voluntaria en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y el Mundial de Futbol Femenil de Francia 2019, sostiene que es común que los atletas regalen pines e incluso parte de sus uniformes a voluntarios o integrantes del staff del comité organizador en este tipo de certámenes, especialmente en los pertenecientes al ciclo olímpico.

“Como voluntario o trabajador pasas mucho tiempo con los atletas. Cuando terminan de competir, hay algunos que, por atención o como parte del espíritu olímpico, te dan una prenda de su uniforme. Hay algunos voluntarios que le piden a los atletas que les regalen alguna playera o un souvenir”, explica Larrauz, quien radica en Moscú. “Es más usual que los atletas donen o regalen su indumentaria a que lo olviden en la Villa Olímpica o lo tiren a la basura, aunque depende de la cultura de cada uno de ellos”.

Al arrojar su indumentaria al bote de la basura, las jugadoras de la Selección de Softbol también incumplieron con una carta que les hizo firmar el COM. En ella, los atletas se comprometen a portar únicamente los uniformes de la delegación mexicana cuando estén dentro de las instalaciones de la Villa Olímpica y tienen que conservar la indumentaria al menos tres días después de que abandonaron las instalaciones donde se realizaron los Juegos Olímpicos.

A Padilla se le preguntó si habría sanciones para  las jugadoras por incumplir con los compromisos en la carta, pero el directivo dijo que no emitiría un juicio al menos hasta que concluyera una investigación de la Federación Mexicana de Softbol, que preside Cruz.

Dicha investigación se anunció apenas unas horas después de que Cruz justificara a las peloteras y dijera que el exceso de equipaje fue la razón por la que las jugadoras arrojaron la indumentaria a la basura. En esa mismas declaraciones, el presidente de la Federación de Softbol criticó a las boxeadoras que encontraron la ropa, al insinuar que habían revisado la basura para encontrar los uniformes de las softbolistas.

“(Es) un insulto más”, dijo Padilla, notoriamente molesto. “Primero queremos que ellos (la Federación) hagan su investigación y nosotros después haremos nuestro propio análisis. Pero quiero ser claro en algo: las boxeadoras encontraron los uniformes porque vieron al personal de limpieza de la Villa, que llevaba consigo la indumentaria en las bolsas de basura”.

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Patrick Loliger, remero mexicano que participó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012, sostuvo en su cuenta de Twitter que las softbolistas, incluso, pudieron donar sus uniformes al museo olímpico.

“Cuando donas tu uniforme al Comité Olímpico Internacional, ya sea al museo o para personas de bajos recursos, te dan un regalo. Yo lo hice en Beijing y en Londres”, mencionó.

La Federación Mexicana de Softbol no detalló cuándo concluiría su investigación, pero es probable que esta generación de softbolistas mexicanas no vuelvan a participar en unos Juegos Olímpicos, debido a que el deporte no formará parte del programa para París 2024, mientras que aún es incierto si esta disciplina si aparecerá para Los Ángeles 2028.

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