El Museo del Prado tiene una nueva propuesta para mostrar su colección del siglo XIX, que incrementa el número de mujeres, autores extranjeros y temas sociales, en una de las intervenciones “más ambiciosas” de la última década, según su director Miguel Falomir.
Más de 270 obras (antes eran 170) de 130 artistas, con mayor presencia de las mujeres (13, antes sólo era una) y extranjeros (de 10 a 37) servirán para explicar la relevancia artística de este período en 15 salas.
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Doce creadoras se han “integrado de manera natural donde les corresponde”, a la colección. Maria Blanchard, Rosa Bonheur, Aurelia Navarro o Maria Roësset son algunas de las incorporaciones del recorrido.
Un poco menos de la mitad corresponde a la nueva vitrina de miniaturas —con 40 obras de excepcional valor que hasta ahora permanecían guardadas— que el Prado expone por primera vez en su historia.
“La principal dificultad para una mujer que quería pintar era que no siempre podía tener un taller, la miniatura era lo más sencillo para comenzar”, explicó Letizia Azcue Brea, jefa de Conservación de Escultura y Artes Decorativas del Prado.
En el nuevo recorrido sobresale la mayor presencia de la pintura social, que se convirtió en una de las corrientes más difundidas en la última década del siglo XIX.
En las últimas salas se pueden ver Una huelga de obreros en Vizcaya, de Vicente Cutanda, junto al famoso ¡Aún dicen que el pescado es caro!, de Sorolla. Estas obras de corte social buscan la objetividad, pero también la crítica de la realidad de la época.
A este apartado social se suma el arte filipino, una corriente cada vez más cotizada en salas de subastas. Los cambios son notables con 57 autores completamente nuevos.
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El Prado, que ha mantenido gran parte de sus salas cerradas desde el año pasado por la pandemia de la Covid-19, aprovechó el tiempo para pensar cómo contar uno de los periodos claves de su historia, con nombres fundamentales como Goya, Madrazo y Sorolla.
La nueva propuesta tiene al neoclasicismo europeo con mayor presencia y nuevos autores suizos, alemanes, franceses o ingleses, como Thomas Lawrence, Pierre Guérin y Gottlieb Schick.
El objetivo es dar una idea en conjunto del arte europeo, que permita ver cómo Goya se relaciona con todo ese movimiento.
Con información de EFE
