El periodista disidente Roman Protasevich, que fue arrestado luego de que su avión fuera desviado a Bielorrusia, dijo en un video desde la prisión que las protestas contra el presidente Alexander Lukashenko habían fracasado y que la oposición debería detener las convocatorias y esperar otro momento para revivir las manifestaciones.
Se trata de la segunda aparición de Roman Protasevich en un video desde prisión, luego de que emitiera un mensaje similar el pasado 25 de mayo. Sus defensores acusaron que el periodista fue coaccionado para grabar ambos mensajes.
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En imágenes transmitidas el miércoles por la noche en la televisión estatal bielorrusa durante un programa de una hora, Protasevich, de 26 años, dijo que las protestas habían fracasado.
“Ahora tenemos que abandonar (…) la actividad callejera que teníamos antes, esos formatos en los que trabajamos porque simplemente no existe tal actividad ahora, y no pueden haberla ahora”. El joven dijo que la oposición debería esperar a que se produzca una recesión económica para montar un nuevo desafío.
“Necesitamos esperar hasta que la situación económica empeore (…) y la gente salga a la calle a tomar un plato de sopa, para decirlo sin rodeos”, dijo el periodista. Protasevich, quien dejó Bielorrusia en 2019 y se ha convertido en el principal enemigo de Lukashenko, pidió así finalizar las protestas impulsadas por la reelección del presidente a un sexto mandato en una votación que fue considerada como manipulada.
En las protestas participaron cerca de 200 mil personas cuando comenzaron en agosto de 2020, pero murieron durante el invierno en medio de la brutal represión de Lukashenko, que dejó 35 mil detenidos y miles de manifestantes golpeados.
En el video presentado hace una semana, el periodista habló rápidamente y en un tono monótono y dijo que estaba confesando haber organizado disturbios masivos. Sus padres, que ahora viven en Polonia, dijeron que la confesión parecía haber sido forzada y que el maquillaje parecía cubrir los moretones de su rostro.
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El presentador de la transmisión del segundo video en el canal ONT afirmó que las autoridades bielorrusas no sabían que Protasevich estaba a bordo de un avión de Ryanair, que volaba la ruta Grecia-Lituania, cuando los controladores de vuelo lo desviaron a Minsk el 23 de mayo, citando una amenaza de bomba.
No se encontró ninguna bomba después del aterrizaje, pero Protasevich fue arrestado junto con su novia rusa. En el video, Protasevich describió haber visto fuerzas especiales fuertemente armadas esperando mientras el avión rodaba hacia un lugar de estacionamiento. “Era una unidad SWAT dedicada: uniformes, chalecos antibalas y armas”, dijo.
El periodista dijo que reveló sus planes de viaje en una charla con colaboradores 40 minutos antes de su partida. Alegó que la amenaza de bomba podría haber sido emitida por alguien con quien tuvo un conflicto personal, pero no dio más detalles.
Protasevich alegó que la persona, a quien no identificó, tenía vínculos con piratas informáticos de mentalidad opositora que habían atacado sitios web oficiales bielorrusos y lanzado amenazas de bomba en el pasado.
Los líderes de la Unión Europea calificaron el desvío del vuelo como un acto de piratería y respondieron prohibiendo el acceso de la aerolínea de bandera bielorrusa a sus cielos, diciendo a las aerolíneas europeas que eludieran a Bielorrusia y redactando nuevas sanciones contra el país.
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El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que ha gobernado la exnación soviética de 9.3 millones con mano de hierro durante más de un cuarto de siglo, ha acusado a Occidente de intentar “estrangular” a su país con sanciones.
Lukashenko ha defendido la desviación del vuelo como una respuesta legítima a la amenaza de bomba, y la transmisión del miércoles pareció diseñada para respaldar la afirmación de que las autoridades bielorrusas no sabían que Protasevich estaba a bordo.
Protasevich dirigió un canal muy popular en la aplicación de mensajería Telegram que jugó un papel clave para ayudar a organizar las protestas contra el gobierno y ha sido acusado de incitar disturbios masivos, acusaciones que conllevan una pena de prisión de 15 años.
Con información de AP
