AP.- El presidente de Bielorrusia defendió este miércoles su decisión de decirle a un avión de pasajeros que aterrizara en su país y acusó a los líderes europeos de librar una “guerra híbrida” para “estrangular” a su nación al ordenar nuevas sanciones por desviar el vuelo y detener a un periodista de oposición que estaba a bordo.
Hablando ante legisladores y altos funcionarios, el presidente Alexander Lukashenko mantuvo su afirmación de que había una amenaza de bomba contra el vuelo de Ryanair y lo calificó como una “mentira absoluta” de que un avión de combate que aceleró estaba obligando al avión de pasajeros a aterrizar en Minsk. El portaaviones ha dicho que su tripulación recibió instrucciones de aterrizar. El avión fue registrado una vez en tierra y no se encontró ninguna bomba, pero Raman Pratasevich, periodista y activista de 26 años, y su novia rusa fueron detenidos.
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“Actué de manera legal, protegiendo a la gente de acuerdo con las reglas internacionales”, dijo Lukashenko, de 66 años, quien ha gobernado la exnación soviética con mano de hierro durante más de un cuarto de siglo, reprimiendo implacablemente la disidencia.
Redobló la idea de que existía un grave riesgo de seguridad, diciendo que el avión volaba no muy lejos de la planta de energía nuclear de Astravets y agregó que ordenó que los sistemas de defensa aérea estuvieran en alerta máxima. “Tenía que proteger a la gente, estaba pensando en la seguridad del país”, dijo.
Pero los líderes de la Unión Europea han denunciado la decisión de desviar el avión, que viajaba entre dos países de la UE y estaba siendo operado por una aerolínea con base en un tercero, como un acto de piratería. Rápidamente acordaron prohibir a las aerolíneas bielorrusas el uso del espacio aéreo y los aeropuertos del bloque de 27 naciones e instaron a las aerolíneas europeas a evitar el espacio aéreo de Bielorrusia. Acordaron redactar más sanciones para los funcionarios vinculados al desvío y los que apuntan a las empresas que son las principales fuentes de ingresos del régimen de Lukashenko.
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Lukashenko se burló de esa respuesta.
“Nuestros malvados fuera y dentro del país han cambiado sus métodos de atacar al estado”, dijo Lukashenko. “Por eso pasaron de organizar disturbios a tratar de estrangularnos”.
Añadió: “Ya no es sólo una guerra de información, es una guerra híbrida moderna y tenemos que hacer todo lo posible para evitar que se convierta en un conflicto candente”.
Lukashenko se ha enfrentado a una presión sin precedentes en casa con meses de protestas provocadas por su reelección a un sexto mandato en una votación de agosto de 2020 que la oposición rechazó por amañada. Pero sólo ha redoblado la represión, y más de 35 mil personas han sido arrestadas desde que comenzaron las protestas, y miles han sido golpeadas.
