El Chelsea conquistó su segundo título de Champions League con una brillante actuación de sus jugadores clave, aunque el factor que marcó la diferencia fue, para no variar, el mediocampista N’Golo Kanté, discreto pero con una efectividad que lo llevó a ganar el premio al Mejor Jugador.
Con 12 kilómetros recorridos en la cancha, N’golo Kanté recibió el premio al Mejor Jugador de la Final y más valioso para el Chelsea, con una labor que suele no tener reflectores como otras posiciones.
Kanté, campeón del mundo con Francia, como en toda la temporada, dio una exhibición física y futbolística para afianzar al Chelsea y formó una pareja insuperable e incansable con Jorginho en el medio campo.
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Pero no fue el único, ciertamente. El autor del gol, Kai Havertz, se convirtió en el séptimo alemán en anotar en una Final de la Champions y el primero desde que anotó Gündoğan en 2013. Pero su gol, tras un espectacular servicio de Mount, es el primero que marca en la Champions League en su vigésima aparición en la competición.
Además, Havertz, a 17 días de cumplir 22 años, es el jugador más joven en marcar en una Final de la Champions desde Marco Asensio.
Otro campeón destacado es Christian Pulisic, quien se convierte en el primer jugador de Estados Unidos que actúa en la Final de la Champions, y el segundo que la gana. Jovan Kirovski lo hizo con el Borussia Dortmund en 1997, pese a no jugar la Final.
Con el título en manos de Thomas Tuchel, las tres ediciones más recientes de la Champions las ganaron técnicos alemanes, tras Klopp y Flick.
La gloria fue para el Chelsea, que arruinó las aspiraciones del Manchester City de ganar su primer título en su debut, algo que no ocurre desde 1997, cuando lo hizo el Borussia Dortmund.
