Cuatro días después de la polémica entrevista del príncipe Harry y Meghan Markle con Oprah Winfrey, el príncipe William rompió el silencio; “no somos una familia racista”, afirmó.
Durante una visita a una escuela en el este de Londres, un periodista cuestionó al hijo mayor del príncipe Carlos sobre si la realeza era una familia racista y el duque de Cambridge negó la acusación.
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También le preguntaron si se había comunicado con su hermano Harry para conocer los detalles de la acusación sobre racismo, William respondió “todavía no he hablado con él, pero lo haré”.
El domingo pasado se transmitió una entrevista en la que Meghan Markle, cuñada del príncipe William, dijo que el tono de piel de su hijo, Archie, se convirtió en una preocupación para un miembro de la realeza, sin mencionar de quién se trataba.
Esa declaración se convirtió en tema que se ha discutido en Gran Bretaña provocando un debate sobre la realeza, la raza y el papel de los medios de comunicación en la perpetuación de la xenofobia.
El martes en la noche el Palacio de Buckingham emitió un comunicado en el que la reina Isabel II consideraba que las acusaciones de racismo eran preocupantes y que se estaban “tomando muy en serio”, pero se discutiría “en privado”.
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“Los problemas planteados, en particular el de raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia los abordará en privado”, detallaba el comunicado.
