Este domingo Meghan Markle confesó a Oprah Winfrey que cuando estuvo embarazada de su hijo Archie, la familia real británica estaba preocupada por “qué tan oscura podría ser su piel cuando naciera”.
Explicó que fue el príncipe Harry quien le confesó que un miembro de la familia de la reina Isabel II le manifestó sus “preocupaciones” por el tono de piel de Archie y lo que significaría para la familia real.
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“Hubo preocupaciones y conversaciones sobre cómo de oscura podría ser la piel de Archie. Me lo transmitió Harry de las conversaciones que la familia tuvo con él”, añadió.
Además, aseguró que se sorprendió cuando le dijeron que su hijo y sus futuros descendientes no podrían ser príncipes por lo que no recibirían la seguridad del palacio.
“Dijeron que él (Archie) no iba a recibir seguridad, fue realmente difícil. Lo mantuvieron durante todo el embarazo y dije ‘espera un segundo, ¿cómo funciona?’ Si el título va a ser lo que afecta su protección no vamos a vivir con esta máquina monstruosa a nuestro alrededor, nuestro hijo necesita estar a salvo.
“Cuando eres nieto de un monarca, cuando Carlos se convierta en rey, automáticamente Archie y nuestro próximo hijo serían príncipe o princesa (…) no tienen derecho a quitárselo. Mientras estaba embarazada, dijeron que querían cambiar esto”, agregó la duquesa de Sussex.
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La entrevista transmitida por la cadena CBS es la primera conversación larga que ofrece la pareja desde que dejó a la familia real. Hablaron sobre su trato por parte del Palacio de Buckingham y su decisión de comenzar una nueva vida en los Estados Unidos.
