El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó al Pentágono realizar dos ataques aéreos en Siria a fines de febrero, pero canceló uno de ellos 30 minutos antes del bombardeo, informó The Wall Street Journal el jueves.
El diario, que cita a varios funcionarios del gobierno federal, indicó que un asistente alertó que una mujer y múltiples niños fueron vistos en el patio de uno de los objetivos, por lo que Biden retiró la orden de atacar ese lugar. Los dos aviones F-15E ya estaban en camino para arrojar las bombas.
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La operación de Estados Unidos en Siria del 25 de febrero fue una represalia por el ataque lanzado tres días antes, a los alrededores de la embajada de Estados Unidos en Irak, en el que murió un contratista civil y resultaron heridos un integrante del servicio estadounidense y otras tropas de la coalición.
El ataque aéreo del gobierno estadounidense, cerca de la frontera iraquí, también fue la primera acción militar emprendida por la administración de Biden.
Los dos aviones F-15E de la Fuerza Aérea lanzaron siete misiles, destrozando nueve instalaciones y causando graves daños en otras dos, dejándolas “funcionalmente arruinadas”, informó John Kirby, el principal portavoz del Pentágono.
Kirby explicó que las instalaciones, ubicadas en “puntos de control de entrada” en la frontera, eran utilizadas por grupos de milicias a los que Estados Unidos considera responsables de los ataques recientes contra intereses estadounidenses en Irak.
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Un integrante de una milicia iraquí dijo el viernes que en los ataques murió un combatiente y varios más resultaron heridos.
Un día después de ordenar el ataque aéreo, Biden dijo que Irán debería ver esa decisión como una advertencia de que puede esperar conseciencias por apoyar a grupos de milicias que amenazan los intereses de Estados Unidos.
“No pueden actuar con impunidad. Tengan cuidado”, expresó el presidente.
