El Pentágono tardó más de tres horas en enviar a la Guardia Nacional al Capitolio, acusa general

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El comandante de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, general William Walker. Foto: Reuters

El Departamento de Defensa de Estados Unidos tardó más de tres horas en enviar a la Guardia Nacional al Capitolio el 6 de enero a pesar de una frenética solicitud de refuerzos de la policía, según el testimonio del comandante de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, William Walker, en su comparecencia este miércoles ante el Senado.

El general William Walker dijo a los senadores que el entonces jefe de la Policía del Capitolio solicitó apoyo militar a las 13:49 horas, pero la aprobación del Departamento de Defensa para ese apoyo no le fue transmitida sino hasta después de las 17:00 horas. Las tropas de la Guardia Nacional que habían estado esperando en los autobuses fueron trasladadas al Capitolio hasta ese momento.

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Ese retraso contrasta con la aprobación inmediata para el apoyo de la Guardia Nacional otorgada en respuesta a los disturbios que sacudieron las ciudades estadounidenses la primavera pasada como consecuencia de las protestas por la brutalidad policiaca y el racismo, dijo Walker. Mientras los funcionarios locales pidieron ayuda, los funcionarios del Ejército expresaron su preocupación sobre la óptica de una presencia sustancial de la Guardia Nacional en el Capitolio, dijo el general.

“El alto liderazgo del Ejército expresó que no sería su mejor consejo militar tener guardias uniformados en el Capitolio”, dijo Walker.

La audiencia del Senado es la segunda sobre los errores al contener a los simpatizantes del expresidente Donald Trump que asaltaron el Capitolio el pasado 6 de enero. Walker detalló cómo fue el proceso y el retraso en el envío de la Guardia Nacional.

Los senadores estaban ansiosos por interrogar a los funcionarios del Pentágono, la Guardia Nacional y los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional sobre sus preparativos para ese día. Los partidarios del expresidente Donald Trump habían hablado en línea, en algunos casos abiertamente, sobre reunirse en Washington ese día e interrumpir el conteo electoral.

En el Senado había un interés particular en escuchar a Walker, el comandante general de la Guardia Nacional de DC, quien estaba hablando por teléfono con el destituido jefe de policía del Capitolio, Steven Sund, y el Departamento de Defensa cuando los simpatizantes de Trump irrumpieron por primera vez en el edificio.

También testificaron ante el Comité de Reglas del Senado y los Comités de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado Robert Salesses del Departamento de Defensa; Melissa Smislova, del Departamento de Seguridad Nacional y Jill Sanborn, del FBI, todos funcionarios que supervisan aspectos de inteligencia y operaciones de seguridad.

En una audiencia la semana pasada, los funcionarios que estaban a cargo de la seguridad en el Capitolio se culparon entre sí y a las fuerzas del orden federal por su propia falta de preparación cuando cientos de personas violaron fácilmente el perímetro de seguridad y finalmente irrumpieron en el edificio.

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Hasta ahora, los legisladores que llevan a cabo investigaciones se han centrado en los esfuerzos fallidos para recopilar y compartir inteligencia sobre la planificación de los insurrectos antes del 6 de enero y en las deliberaciones entre los funcionarios sobre si llamar a las tropas de la Guardia Nacional para proteger al Congreso y cuándo hacerlo.

El Congreso, por ahora, ha abandonado cualquier examen del papel de Trump en el ataque después de que el Senado lo absolvió el mes pasado de incitar a los disturbios al decirles a los partidarios esa mañana que “luchen como el infierno” para revertir su derrota.

Los legisladores han interrogado a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley sobre los reportes de inteligencia antes del ataque, incluido un informe de una oficina de campo del FBI en Virginia que advirtió sobre publicaciones en línea que “presagiaban una guerra” en Washington. Los líderes de la Policía del Capitolio han dicho que no estaban al tanto del informe en ese momento, a pesar de que el FBI lo había enviado al departamento.

Con información de AP

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