AMLO no está obligado a informar sobre su estado de salud

Vacunacion servidores de la nación es por interés político de AMLO, acusa PRD

Por Tania Rosas

El presidente Andrés Manuel López Obrador no está obligado a informar sobre su estado de salud y, si considera que tiene alguna imposibilidad para desempeñar su encargo, puede solicitar una licencia temporal hasta por 60 días, la cual tendría que aprobar el Congreso de la Unión.

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El presidente se contagió de Covid-19 y lo dio a conocer por redes sociales, pero la Constitución no lo obliga a revelar su estado de salud. Si lo necesitara, podría tramitar una licencia.

“Cuando el Presidente solicite licencia para separarse del cargo hasta por 60 días naturales, una vez autorizada por el Congreso, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo”, precisa el artículo 85 de la Constitución.

En caso de que la ausencia pase de temporal a absoluta, el Congreso nombraría al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a 60 días, tiempo en el que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, asumiría provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo.

En la investigación Problemas y perspectivas del sistema presidencial mexicano, el doctor en Derecho, Diego Valadés, precisó que “durante décadas, como parte de una cultura política del sigilo, incluso las enfermedades de los presidentes solían ser ocultadas. El sistema constitucional y el sistema político construyeron una imagen de presidentes infalibles, intangibles, perfectos y saludables. Dentro de esa idea quedaba incluida la convicción de indestructibilidad física de los presidentes”. 

“Por razones que tienen más que ver con los estilos de lo ‘políticamente correcto’ que con la percepción de un problema latente no resuelto, el tema de la sustitución presidencial suele eludirse; en términos coloquiales su planteamiento es considerado ‘de mal gusto’”, agregó.

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Expediente clínico de AMLO es confidencial

La Oficina de la Presidencia de la República, el IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de la Defensa Nacional y el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez han recibido solicitudes de información en las que se pide el expediente clínico de Andrés Manuel López Obrador, pero los datos son clasificados como confidenciales. Al menos en 12 ocasiones se han presentado las solicitudes, de acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia.

“La única persona que puede acceder a un expediente clínico es exclusivamente el titular del mismo, que es quien tiene el derecho de conocer la información contenida en él y es deber de toda autoridad administrativa que posea información de ese tipo, negar la entrega del expediente clínico al público en general, en aras de salvaguardar el derecho a la protección de sus datos personales”, contestó la Oficina de la Presidencia a la solicitud de información número 0210000018120 que se presentó en enero de 2020. 

Al negar la información, Presidencia se basó en las resoluciones RDA174/13, RDA 1950/15 y RDA 1791/15 del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

“Se advierte que la información requerida únicamente compete al servidor público referido, es decir, el Presidente de la República, el cual, con independencia del cargo que ostenta, también es titular del derecho a la protección de datos personales, lo cual implica que los documentos que dan cuenta de su estado de salud, es decir, su expediente clínico, tiene la naturaleza de confidencial”, precisó el INAI, argumento que retoma la Presidencia para clasificar el expediente clínico de López Obrador.

El pasado 29 de abril, en conferencia de prensa, López Obrador aseguró que se encuentra bien de salud, pese a que padece hipertensión.

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“Yo me cuido y estoy bien de salud, muy bien, me tomo mis pastillas. Es que -ustedes saben- a mí me dio un infarto y a partir de entonces yo tengo tratamiento médico, para qué voy a ocultar las cosas, pero estoy muy bien. No tengo un problema de salud, bueno, soy hipertenso controlado. Me mantengo también ejercitado porque camino, aún aquí, estoy caminando y hago ejercicio, pero sobre todo la mente”, dijo.

En noviembre de 2013, López Obrador sufrió un infarto agudo al miocardio, le hicieron una intervención coronaria cutánea. Los médicos detallaron que fue sometido a una angioplastia con colocación de un stent, dispositivo metálico que impide que la arteria se cierre de nuevo.

Legisladores, como la actual presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri, se han pronunciado por una versión pública del expediente clínico del Presidente de la República.

Sauri presentó una iniciativa de reforma a la Constitución para que cada año, la Cámara de Diputados reciba el informe médico en versión pública sobre el estado general de salud del Presidente de la República y los secretarios de Estado.

“La Cámara de Diputados podrá solicitar un nuevo informe médico fuera de los términos establecidos en los artículo 69 y 93 de la Constitución, cuando exista interés público por parte de la ciudadanía o sospecha de enfermedad grave del Presidente de la República o alguno de los Secretarios de Estado, siempre y cuando hayan transcurrido al menos cuatro meses del último informe médico enviado. Dicha solicitud deberá realizarse por el 33% de los integrantes de la Cámara de Diputados”, planteó la priista.

El excomisionado del INAI, Joel Salas, afirmó que entre 2003 y 2019 se realizaron 66 solicitudes de información sobre el estado de salud de los presidentes en turno, incluso el Instituto recibió nueve recursos de revisión sobre el tema, pero en todos ellos prevaleció la clasificación y confidencialidad de la información.

Refirió que en Francia se decidió hacer público el estado de salud del expresidente Francois Mitterrand después de que murió; mientras que en su primer mandato, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, informó sobre su estado de salud cada seis meses, desde sus niveles de colesterol hasta con qué frecuencia bebía alcohol.

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Las operaciones, desde Zedillo hasta Calderón 

El 4 de julio de 1997, Ernesto Zedillo fue operado de la rodilla derecha y su recuperación duró seis semanas, tiempo en el que no paró sus actividades.

La operación de Vicente Fox fue de las más cuestionadas. Lo intervinieron quirúrgicamente de una hernia discal el 15 de marzo de 2003, en el Hospital Central Militar. La anestesia del mandatario duró casi 4 horas. En ese entonces, México era miembro temporal del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, instancia que debatía las acciones que emprendería Estados Unidos contra Irak. Cinco días después de la operación de Fox, los estadounidenses invadieron Irak.

El vocero de la Presidencia, Rodolfo Elizondo anunció que durante la intervención de Fox, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, sería el responsable de dirigir al gabinete y tomar decisiones pertinentes. Afirmó que la decisión de México ante el Consejo de Seguridad la tomarían Creel y el canciller Luis Ernesto Derbez.

Ese año, el periodista Jorge Ramos le preguntó a Vicente Fox si tomaba el antidepresivo Prozac, el mandatario lo negó y de forma abrupta terminó la entrevista.

El 30 de agosto de 2008, el presidente Felipe Calderón tuvo un accidente en bicicleta. Tuvo una fractura en el hombro izquierdo y una contusión en la rodilla izquierda. Entonces, la Presidencia de la República expuso que el Primer Mandatario cayó de la bicicleta al realizar su rutina de ejercicio matutino. Fue atendido en el Centro Hospitalario del Estado Mayor Presidencial.

Enrique Peña Nieto tuvo dos operaciones durante su mandato. La primera el 31 de julio de 2013, por un nódulo benigno en la tiroides. La operación requirió anestesia general y el mandatario reposó por cinco días. 

Su segunda operación fue el 26 de junio de 2015 cuando se le extirpó la vesícula biliar y a los tres días de su intervención recibió al rey Felipe VI en la Residencia Oficial de Los Pinos. Su cirugía fue de mínima invasión, duró 50 minutos y no tuvo complicaciones.

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