El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este jueves que el motivo por el que se le ha impedido el paso a los migrantes en la frontera sur del país es para protegerlos del crimen organizado.
“Ha sido muy bueno el resultado. El tiempo que llevamos atendiendo el fenómeno migratorio no ha habido asesinatos de migrantes, como era anteriormente, porque no había una política y no se les protegía. Ahora se registran, se les protege en el sur para que no pasen y no sean víctimas de la delincuencia. Entonces son otros los resultados”, aseguró el mandatario en conferencia de prensa desde Sonora.
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Agregó que en ocasiones hay inconformidades de parte de las fundaciones que protegen a los migrantes porque “en las épocas anteriores que se violaban derechos humanos se crearon muchas fundaciones que recibían incluso dinero del extranjero y acusaban como señalaban al gobierno de México. A lo mejor tenían elementos para eso, ahora no, no somos iguales”.
López Obrador aseguró que él y su gobierno se ofrecieron a cuidar a los migrantes y de sus derechos “con hechos”.
Ante el cuestionamiento de si la decisión de no dejar entrar a migrantes a México desde la frontera sur había sido un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, y el presidente Donald Trump, el mandatario dijo que no.
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“No, fue una decisión que tomamos nosotros a nosotros no nos imponen los gobiernos extranjeros nada, no somos títeres, no somos colonia de ningún gobierno extranjero”, explicó López Obrador.
En 2019, tras las primeras caravanas migrantes que venían de países centroamericanos como Honduras y El Salvador, el gobierno de México decidió enviar militares a la frontera con Guatemala para evitar el paso de los migrantes, así como su llegada a la frontera con Estados Unidos.
Tan sólo en 2019 se enviaron 21 mil soldados a la frontera sur de México; también se reforzó la frontera con Estados Unidos con integrantes de las fuerzas armadas.
El 2 de octubre de este año, elementos de la Guardia Nacional llegaron al borde del Río Suchiate, en Chiapas, para evitar el ingreso ilegal de los migrantes centroamericanos.
También llegaron agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y del Ejército Mexicano. Tras el despliegue y las amenazas de hasta 10 años de prisión por entrar de manera irregular al país, algunos migrantes dejaron de participar en esa caravana.
