Elementos de la Guardia Nacional llegaron este viernes al borde del Río Suchiate, en Chiapas, para evitar el ingreso ilegal de los migrantes centroamericanos que vienen en caravana.
También llegaron agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y del Ejército Mexicano. Tras el despliegue y las amenazas de hasta 10 años de prisión por entrar de manera irregular al país, algunos migrantes dejaron de participar en la caravana.
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“Nos estamos regresando porque en la frontera de Guatemala y México el presidente (mexicano) dijo que las normas que nosotros llevamos no eran las correctas y que estamos violentando muchas leyes”, dijo Nelson Aguilera, un migrante hondureño que participa en la caravana junto con su esposa e hija.
Testigos de Reuters explicaron que grupos de migrantes regresaron a la frontera entre Honduras y Guatemala debido al mal clima y los pocos apoyos otorgados para seguir su camino hacia Estados Unidos.
Nelson Aguilera, que era parte de un grupo de 15 personas que decidió volver a su país, señaló que algunos migrantes estaban deshidratados, lesionados y sin dormir.
Un estimado de 3 mil migrantes, principalmente de Honduras, emprendió ayer una nueva marcha hacia Estados Unidos y avanzaron a Guatemala tras romper cercos de seguridad. Algunos continuaron por el centro del país con dirección a la frontera con México.
El Instituto Nacional de Migración informó ayer que las personas que entren a México sin cumplir con las medidas sanitarias requeridas recibirán sanciones de hasta 10 años de cárcel.
La duración de la condena varía según los estados que tienen frontera con Guatemala, como Tabasco y Chiapas.
Esta mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que era “muy raro” que se formara una nueva caravana desde Honduras porque el país está con toque de queda y aseguró que era un movimiento orquestado para incidir en las elecciones de EU.
Con información de Reuters.
