AP. – La administración de Donald Trump continuó con su serie sin precedentes de ejecuciones federales el viernes con un camionero de Louisiana que abusó de su hija de dos años durante semanas en el 2002 y luego la mató golpeando su cabeza contra las ventanas y el tablero de un camión.
Los abogados de Alfred Bourgeois, de 56 años, argumentaron antes de la ejecución que el preso tenía un coeficiente intelectual que lo colocaba en la categoría de discapacitados intelectuales, y dijeron que eso debió haberlo hecho inelegible para la pena de muerte de acuerdo con la ley federal. Pero la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó su esfuerzo para aplazar la ejecución el viernes por la noche.
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Bourgeois es el décimo recluso federal ejecutado desde que el gobierno de Trump reanudó esta práctica en julio tras una pausa de 17 años, y es la segunda persona ejecutada esta semana en una prisión de Terre Haute, Indiana. El gobierno del republicano tiene previstas tres ejecuciones más en enero.
Bourgeois se reunió con su asesor espiritual el viernes mientras trataba de aceptar la posibilidad de morir, y también estaba orando, dijo Shawn Nolan, uno de sus abogados, a The Associated Press horas antes de la ejecución.
“Ciertamente no quiere morir, y es más difícil para él comprender que el gobierno federal lo mate. Pero entiende que esto es malo”, dijo Nolan.
El abogado agregó: “Está orando por redención”.
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La última vez que la cantidad de ejecuciones federales en un año fue de dos dígitos fue bajo el presidente Grover Cleveland en 1896.
El jueves pasado, Brandon Bernard fue ejecutado por su participación en el asesinato de una pareja de Iowa en 1999. Bernard tenía 18 años cuando él y otros cuatro adolescentes mataron a Todd y Stacie Bagley tras una misa dominical en Killeen, Texas.
