¿El fin del outsourcing laboral?

¿El fin del outsourcing laboral?
Foto: Shutterstock

Por Enrique Pons Franco

Durante los últimos días me preguntaron por redes sociales respecto de la posible eliminación del régimen legal de subcontratación laboral conocido como outsourcing. Hasta no leer el texto de la reforma que se vaya a discutir en el Congreso de la Unión, no me gustaría adelantar comentarios, pero lo que si puedo hacer es presentarte algunos aspectos legales sobre ese interesante tema que próximamente será objeto del debate nacional.

No será la primera ocasión que se trate de regular dicho modelo de contratación laboral. En el pasado se realizaron reformas a la Ley Federal del Trabajo (artículos 15-A al 15-D, entre otros) para sancionar con casi 450 mil pesos de multa a los patrones que, de manera dolosa utilizan el régimen de subcontratación, lo cual incluye la disminución de los derechos laborales de los trabajadores.

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En segundo lugar, para el Gobierno Mexicano el outsourcing es considerado una práctica relacionada con la conocida “Ley antilavado de dinero” (aquí puedes leer el comunicado). Estima que al llevar a cabo la administración y manejo de recursos del patrón para la realización de servicios, por conducto de un tercero, se ubican en los supuestos que marca la ley como actividades vulnerables, aunque particularmente no comparto dicha interpretación.

En tercer lugar y por si fuera poco, el capítulo 23 (laboral) del recién aprobado tratado comercial entre Estados Unidos, Canadá y México (T-MEC), obliga a los estados miembros a “la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación”. Si los legisladores hacen bien su trabajo, y sustentan debidamente que el outsourcing genera esas condiciones, pueden tener un punto a su favor.

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Pero con todo ese contexto, cabe preguntarnos ¿es malo el outsourcing laboral? La verdad es que como cualquier otra figura jurídica, cuando se abusa o se utiliza para perjudicar a terceros, tanto la subcontratación como cualquiera otra que podamos imaginarnos, va a tener consecuencias negativas para todos los involucrados. Particularmente mediante esquemas burdos de “empresas de outsourcing” se ha abusado de tal forma, que ha perjudicado no solamente a los trabajadores al restarle derechos y prestaciones, sino también a las finanzas públicas de México.

No podemos tampoco omitir el hecho que dichas figuras prosperaron en todo el mundo a partir de los 90’s por la especialización que las empresas fueron teniendo producto de los mercados globales. Una organización no puede ser altamente competitiva en todos los aspectos, entonces, una opción es tercerizar parte de sus actividades secundarias, y centralizar las principales.

Cuando sea el momento que los legisladores analicen y discutan las posibles reformas a este modelo de contratación, deberán considerar que según las últimas cifras disponibles del INEGI, entre 2014 y 2019 la tasa de crecimiento del outsourcing fue de 5.5%, lo que significa que pasaron de 3.6 millones a 4.6 millones de trabajadores; un millón de nuevos empleados.

Mientras llega el texto con la propuesta de reformas al Congreso de la Unión, Te espero en twitter como @enrique_pons y en Facebooj como Enrique Pons Franco. Nos leemos la próxima.

PD. Aprovecho esta ocasión para felicitar al equipo del “Sistema Sitúa” por el espléndido trabajo que realizaron con mis socios y compañeros de trabajo del frente legal, para generar un sistema de actualización de los objetivos y mantener a los miembros de nuestra organización en una constante revisión y actualización.

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