La pausa de un gran estudio de una posible vacuna contra el coronavirus muestra que los desarrolladores “no comprometerán” la seguridad de la gente, dijo el miércoles el jefe de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, el doctor Francis Collins.
El martes por la noche, AstraZeneca anunció que la fase final de su estudio está suspendida mientras la compañía investiga si la “enfermedad potencialmente inexplicable” de un voluntario es un efecto secundario a la vacuna o se debe a otra causa.
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“Esto debería tranquilizar a la gente”, dijo el director de los NIH ante un comité del Senado. “Cuando decimos que primero nos vamos a enfocar en la seguridad y que no haremos concesiones, aquí está el ejemplo de cómo lo hacemos en la práctica”.
Los científicos de todo el mundo trabajan para desarrollar una vacuna desde que empezó la pandemia. Hasta la fecha, se han reportado más de 900 mil decesos a causa del coronavirus.
Trump quiere la vacuna pronto
A los expertos en salud pública les preocupa que el presidente Donald Trump vaya a presionar a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para que apruebe una vacuna antes de que se demuestre que es segura y efectiva.
Los comentarios de Collins llegan un día después de que AstraZeneca y otras ocho compañías farmacéuticas prometieran respetar los más altos estándares éticos y científicos en el desarrollo de la vacuna.
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Collins dijo que el público debe comprender el proceso detrás de decir cuándo una vacuna candidata está lista para un uso generalizado.
“Espero que los estadounidenses elijan tomar la información que necesitan de los científicos y no de los políticos”, indicó el jefe de los NIH.
