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La Corte Suprema fortaleció la capacidad del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para deportar a los solicitantes de asilo sin otorgarles la posibilidad de presentar su caso ante un juez federal.
El fallo del tribunal superior, 7 a 2, aplica para las personas que son detenidas cerca de la frontera y que no pasan los primeros exámenes para solicitar asilo, lo que los hace elegibles para una deportación rápida o una expulsión expedita.
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Los cambios incluyen obligar a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras sus casos pasan por la corte de inmigración de Estados Unidos. Además, podrán negar el asilo a cualquier persona que haya pasado por otro país y no haya buscado protección ahí, por lo que trasladará a los hondureños y salvadoreños a Guatemala para que busquen asilo ahí antes que en Estados Unidos.
La administración de Trump ha convertido el desmantelamiento del sistema de peticiones de asilo en una pieza central de su agenda de inmigración, diciendo que está plagado de abusos y abrumado por solicitudes sin mérito.
El juez Samuel Alito escribió la opinión del tribunal superior que revertió un fallo del tribunal inferior que decía que los solicitantes de asilo deben tener acceso a los tribunales federales.
El Congreso actuó correctamente al crear un sistema “para eliminar las reclamaciones sin méritos y eliminar rápidamente a los extranjeros que hacen tales peticiones en el país”, escribió Alito.
Samuel Alito señaló que más de tres cuartas partes de las personas que solicitaron asilo en los últimos cinco años pasaron su evaluación inicial y calificaron para una revisión completa de su caso.
En términos prácticos, el impacto de este fallo podría ser limitado.
Con información de AP
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