El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, activó la Guardia Nacional para proteger las propiedades del estado luego de que surgieron brotes de violencia entre las protestas y los manifestantes derrumbaron dos monumentos.
Los manifestantes también atacaron a un senador del estado, aventaron una bomba molotov hacia un edificio del gobierno y trataron de entrar al Capitolio durante la noche del martes, pero los policías los detuvieron con gas pimienta.
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Los brotes de violencia estallaron mientras un grupo de entre 200 y 300 personas protestaba sobre el arresto de un hombre afroamericano en un restaurante, quien le gritó a los comensales y llevaba un bate de béisbol.
El miércoles en la noche, cerca de 40 personas se reunieron a protestar pacíficamente afuera de la cárcel del condado, donde se encuentra el afroamericano arrestado en el restaurante.
Alrededor de 100 personas más se congregaron afuera del Capitolio, en donde estaba uno de los monumentos. La policía de Madison observó la escena, pero no hubo uso de la fuerza ni señales de presencia de la Guardia Nacional.
El gobernador Tony Evers hizo un recorrido el martes por la noche alrededor del estado para evaluar los daños. Apuntó que la violencia estaba “marcando un contraste” con las protestas pacíficas que se habían visto anteriormente.
Evers apuntó que había activado la Guardia Nacional “para asegurarse de que las personas pudieran ejercer sus derechos de la Primera Enmienda y garantizar la seguridad de los ciudadanos”.
“Si su objetivo era promover la justicia social, exigir una reforma policial en el estado de Wisconsin y asegurarse de que el racismo sistémico sea cosa del pasado, fracasaron”, dijo Evers a los manifestantes.
Con información de AP
