Foto: Reuters
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió el lunes al secretario de Estado, Mike Pompeo, al afirmar que no hay nada de malo en que otro funcionario haya tenido que pasear a su perro porque es un hombre ocupado y a veces su “esposa no está ahí” para lavar los platos.
“Mike es una persona brillante y me estás diciendo que tenía a alguien paseando a su perro, lavando platos. Prefiero que esté al teléfono con algún lider mundial que lavando platos porque su esposa no está ahí”, dijo Trump en declaraciones a la prensa.
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De igual manera, consideró que un hombre que tiene “la paz y la guerra” en sus manos y que está lidiando con “armas que el mundo nunca ha visto” no debería de preocuparse de su mascota porque quizás está ocupado hablando con el líder norcoreano, Kim Jong Un, o con el presidente chino, Xi Jinping.
El mandatario remató diciendo que quizás Pompeo no tenía el tiempo para hacerlo y que por ello le preguntó a alguien del servicio secreto si le importaba pasear a su perro.
Trump se posicionó así sobre la polémica que acorrala a Pompeo, quien supuestamente estaba usando fondos públicos para pagar a un asesor que se dedicaba a hacer recados para él y para su esposa, desde ir a la lavandería y telefonear a restaurantes para hacer reservas, hasta pasear a su perro.
Las sospechas respecto al uso indebido de fondos estaban siendo investigadas por Steve A. Linick, quien el viernes tuvo que dejar su puesto como inspector general del Departamento de Estado, una figura independiente de la administración de Trump que se dedica a investigar malas conductas.
En una entrevista con el diario The Washington Post, Pompeo aseguró que no sabía nada de la investigación de Linick y que no había sido despedido por ese motivo.
Pero el presidente Trump reveló el lunes que Pompeo le pidió personalmente que fulminara a Linick, lo que genera dudas sobre un posible conflicto de intereses.
“Estuve feliz de hacerlo (de cesarle). Mike me pidió que lo hiciera y lo hice”, soltó Trump.
Los demócratas del Congreso han abierto una investigación sobre el despido. Este lunes, revelaron que Linick estaba secretamente examinando si el año pasado Trump declaró una emergencia nacional por las tensiones con Irán con el único propósito de vender armas a Arabia Saudí.
Preguntado al respecto, el presidente afirmó que no sabe nada de ese asunto y se limitó a decir que cuando alguien “paga una fortuna por armamento”, el gobierno estadounidense “tiene que conseguir el trato”.
De acuerdo con las leyes de Estados Unidos, el Congreso es el único que tiene poder para autorizar la venta de armamento. La declaración de una emergencia, sin embargo, permitió a Trump vender armas por valor de alrededor de 7 mil millones de dólares a diferentes países, aunque la mayor parte acabaron en manos saudíes.
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