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La batalla por proteger a la gente de los portadores que no saben que tienen el coronavirus gana intensidad y enfrenta a gobiernos que ahora compiten por comprar equipo protector. También genera nuevos interrogantes acerca de quiénes deben usar cubrebocas, hacerse tomar la temperatura o incluso salir de sus casas.
Investigadores de Singapur calcularon el miércoles que aproximadamente un 10% de los contagios son generados por portadores que no tienen síntomas y tal vez nunca los tengan.
En Grecia las autoridades pusieron en cuarentena a 2 mil 400 refugiados en un campamento, tras descubrir que una mujer infectada con el virus tuvo contacto con 63 personas. A todas se les hizo la prueba y 21 resultaron portadores del COVID-19, sin presentar síntomas.
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El principal experto del gobierno estadounidense en enfermedades infecciosas, el doctor Anthony Fauci, dijo que no se sabe por qué algunas personas tienen síntomas leves o directamente no tienen síntomas, mientras que otras se enferman de gravedad.
“Llevo casi 50 años lidiando con enfermedades infecciosas y les puedo decir que no termino de entender del todo este mecanismo”, dijo el médico al programa Today de NBC.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos dicen que cualquier persona puede ser portadora del virus, tenga o no síntomas. Tanto esa entidad como la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten en que no todo el mundo debe usar cubrebocas.
En Los Ángeles, el alcalde Eric Garcetti recomendó que los 4 millones de residentes de la ciudad usen cubre bocas. Dijo que una “banda ajustada” puede reducir las posibilidades de transmisión del virus y le recordó que la gente debe mantener cierta distancia de los demás. “Vamos a tener que acostumbrarnos a vernos así”, expresó, mientras se colocaba una mascarilla.
En Israel los cubrebocas son obligatorios para toda persona que sale de su casa, lo mismo que para quienes ingresan a tiendas de comestibles en Austria y en farmacias en Pakistán.
Un alto funcionario de la región oriental de Francia, la más afectada por el virus, se quejó este jueves de que funcionarios estadounidenses se quedaron con un cargamento de cubrebocas reservado para Francia en un aeropuerto chino.
“En la pista, llegan los estadounidenses, sacan efectivo y pagan tres o cuatro veces más por nuestras órdenes”, dijo el doctor Jean Rottner, presidente del consejo regional de Grand Est y médico de la sala de emergencias de un hospital de Mulhouse.
En Japón, donde el uso de cubrebocas está muy difundido, el gobierno planeaba enviar por correo dos máscaras a cada uno de los 50 millones de hogares.
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En Nueva York, donde hay más de 2 mil muertes por el virus, el gobernador Andrew Cuomo dijo que los estados compiten entre ellos por el equipo protector y los respiradores, y a veces también compiten con el gobierno federal, que paga más.
En Wuhan, la ciudad china donde surgió el virus en diciembre, un símbolo verde en los teléfonos de sus residentes determina sus movimientos. El “código verde” indica que no tienen el virus. Lo deben mostrar para tomar un tren subterráneo, alojarse en un hotel o ingresar a esta urbe de 11 millones de habitantes. Se mantienen severas restricciones para quienes tienen símbolos amarillo o rojo.
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En el norte de Italia, el país con más muertes por el virus, guardias con “pistolas” que miden la temperatura deciden si una persona puede ingresar a un supermercado o no.
Más de un millón personas en todo el mundo han contraído el virus, según la Universidad John Hopkins. Más de 50 mil murieron y al menos 200 mil se recuperaron.
Las cifras, no obstante, probablemente sean mucho más altas ya que la capacidad de hacer pruebas es limitada, los países tienen distintas fórmulas para contabilizar los muertos y muchos casos no son reportados.
Con información de AP
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