La vida en el municipio de New Rochelle cambió desde la declaratoria de emergencia en la localidad, donde ahora media docena de uniformados de la Guardia Nacional reparten comidas a domicilio en un discreto despliegue.
Tras ser considerada la zona cero del coronavirus en el estado de Nueva York y en la costa este de Estados Unidos, la vida de sus habitantes pareciera transcurrir con normalidad.
Sin embargo, los colegios están cerrados y en las casas siguen estacionados los autos familiares en horarios laborales. La medida durará dos semanas.
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En la denominada “zona de contención”, concretamente en un radio de una milla (1,6 kilómetros) desde donde se detectó el primer caso del COVID-19, dan los alimentos en la sinagoga Young Israel del barrio de Wykagyl, en el norte del municipio.
El sitio se ubica a menos de 25 minutos en tren de Manhattan.
Las familias de la zona, en su mayoría judíos ortodoxos, están dentro de sus casas siguiendo las recomendaciones de las autoridades y de los rabinos.
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La cuarentena pretende evitar nuevos contagios de una enfermedad que ha puesto a esta localidad, de menos de 80 mil habitantes, en el mapa.
En New Rochelle es donde se encuentran la mayoría de los 148 casos de coronavirus del condado de Westchester, más que en toda la ciudad de Nueva York.
En el estado de Nueva York hay 328 casos hasta el momento, y a nivel nacional las muertes por coronavirus alcanzaron los 41 pacientes.
