Netflix ha extendido sus brazos (y sus inversiones) por todo el mundo. La plataforma, con permanente hambre de contenidos nuevos para ofrecer a sus suscriptores, paga muy buen dinero por propuestas originales, atractivas e innovadoras de una multitud de talentos y países. Ahora la presencia de Netflix en España hace que todos volteen a ver a la plataforma.
España parece tener un lugar especial en su corazón (y en su modelo de negocio). Prácticamente todas las series célebres españolas de los últimos años están disponibles en Netflix, desde “El Internado Laguna Negra”, pasando por “Gran Hotel”, Merlí” y, por supuesto, la que ha sido el mayor éxito salido de la península ibérica, “La Casa de Papel”.
A este catálogo se agregan este 2020 siete nuevos proyectos, como acaba de anunciar Netflix esta semana: para abrir boca, un documental sobre la creación de “La Casa de Papel”, que coincidirá con el lanzamiento de su cuarta temporada (es un secreto a voces que ya se están desarrollando las temporadas cinco y seis).
También han enrolado al cantante Ricky Merino (que saltó a la fama en 2017 como concursante de “Operación Triunfo España”) para que sea el presentador del primer programa de concursos en habla hispana producido exclusivamente para Netflix: “¡A Cantar!”.
Habrá también una serie ambientada en los años sesenta en España, sobre los cientos de Nazis que fueron refugiados por la dictadura de Franco luego de la segunda guerra mundial; la miniserie “Alguien Tiene que Morir” (que por el sólo título ya engancha) y varias películas, entre ellas “Amor de Madre” de Paco Caballero.
Lo que queda claro es que Netflix apuesta por una diversidad amplia cuando se trata de España. Uno sólo puede soñar con el día en el que vea más allá de las narcoseries y descubra esa misma diversidad en América Latina.
