EFE.– La iglesia católica destacó este domingo la “alta responsabilidad” del Estado mexicano por la “monstruosidad” de las desapariciones de mujeres, como el caso de Debanhi Escobar, joven de 18 años hallada muerta en un motel del norte del país tras dos semanas desaparecida.
“El Estado tiene un alto grado de responsabilidad, pues ha fallado en materia de educación –que es la base para que un país cuente con una sana estructura social–, en garantizar la seguridad a sus ciudadanos y en asegurar la justicia a las víctimas”, indicó en su editorial del semanario Desde la fe.
La institución se refirió al caso de Debanhi, que ha conmocionado al país tras el hallazgo de su cadáver el jueves pasado en un motel del estado de Nuevo León, cerca de donde desapareció el 9 de abril tras bajar de un taxi, cuyo conductor le tomó una fotografía en la carretera que se viralizó.
La Iglesia citó que tan sólo en dicho estado se han reportado como desparecidas más de 300 mujeres en lo que va del año, de las que aún permanecen decenas sin localizar, mientras que en todo el país desparecen en promedio más de 18 mujeres al día, según la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
En ese contexto, la iglesia mexicana, a través de la citada editorial, cuestiona que tras la desaparición de una mujer sea “muy común que se impute, a botepronto, la responsabilidad a la propia víctima o a su círculo más cercano de familiares o amigos”.
“El caso Debanhi es la expresión mediatizada de una realidad que, por desgracia, se ha vuelto ‘normalidad’: nuestras desaparecidas”, lamentó el editorial.
En la editorial de Desde la fe, se plantea que el tejido social “está fracturado severamente”, por lo que “todos son corresponsables en la tarea de revertir los antivalores”.
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Se debe a “políticas públicas inmorales”
Denunció que el rostro joven de México “se desfigura a pasos acelerados debido a políticas públicas inmorales, corrupción, narcotráfico, exclusión, violencia, trata de personas, secuestro, pornografía, y aborto“.
La editorial cita la visita del Papa Francisco en 2016, cuando reconoció la manera en la que los padres de familia se unían para recuperar a sus hijos “arrebatados” por el crimen organizado.
“Y es que sólo así, trabajando juntos como sociedad –sin dejar y exigir al Estado que cumpla su deber de proteger a sus gobernados– podemos pensar y proyectar un futuro, un mañana de esperanza”, concluye la institución religiosa.