En marzo de 2018, el ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se registró como candidato a las elecciones presidenciales. A su salida del INE, el mandatario aseguró que se sometería, cada dos años de su mandato, a una consulta de revocación.

Hoy, a mitad de su gobierno, la población podrá acudir a las casillas instaladas por el Instituto Nacional Electoral para decidir si el presidente López Obrador continúa en el cargo o si se le revoca del mismo por pérdida de confianza.

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Una sola pregunta aparecerá en la boleta:

"¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos de México, se le revoque el mandato por pérdida de confianza, o que siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?"

Los ciudadanos podrán elegir entre las dos respuestas que contiene la boleta, la cual no estará personalizada con algún logo partidista o gubernamental: "Que se le revoque el mandato por pérdida de confianza" o "Que siga en la Presidencia de la República".

Aunque países como Suiza, Estados Unidos o Canadá cuentan con mecanismos democráticos similares, sólo aplican a nivel local, no federal. Bolivia, Ecuador y Venezuela incorporan mecanismos de este tipo a nivel nacional.

Para que la revocación de mandato sea vinculante, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación debe certificar que al menos el 40% de la lista nominal participó en la consulta de revocación.

Según informó el INE, hay 92 millones 805 mil 424 de personas inscritas en la lista nominal, por lo que se requiere la participación de 37 millones 122 mil 170 de ellas. Si 18 millones 561 mil 85 personas votan porque se le revoque el mandato, el presidente López Obrador perderá el cargo.

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De acuerdo con la Ley Federal de Revocación de Mandato, publicada en el Diario Oficial de la Federación, si se revoca del cargo al titular del Ejecutivo, asumirá provisionalmente la titularidad quien ocupe la presidencia del Congreso.

Por lo que si pierde el presidente López Obrador, Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, asumiría la presidencia del país.

Dentro de los treinta días siguientes, el Congreso nombrará a quien concluirá el período constitucional.