El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que volverá a visitar Estados Unidos para hablar con su homólogo, Joe Biden, sobre la regularización de los migrantes que están bajo condiciones irregulares en ese país.
En su campaña para la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden había propuesto una reforma para la legalización de millones de migrantes mexicanos y centroamericanos, pero una vez en la Casa Blanca el mandatario no ha logrado avances en el tema.
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"Voy a regresar a Estados Unidos y yo estoy comprometido con ustedes y no les voy a fallar (…). Voy a hablar con él (Biden) para que se cumpla el compromiso de regularizar la situación de los mexicanos que viven y trabajan honradamente en Estados Unidos. Él tiene el compromiso de regularizar a 11 millones de migrantes", dijo el presidente López Obrador en un mensaje desde la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.
El presidente mexicano comentó que su gobierno ayudará para que el Congreso de Estados Unidos respalde la iniciativa migratoria del presidente Biden. También exhortó a no maltratar a los migrantes mexicanos y de todo el mundo, aludiendo a las denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes migratorios estadounidenses.
Actualmente, el congreso estadounidense es de mayoría demócrata en ambas cámaras, pero eso no significa la aprobación directa de esta y otras propuestas de la agenda de Joe Biden.
"Voy a hablar con el presidente Biden, que ha actuado de manera muy respetuosa como también lo hizo el presidente Trump porque nosotros no queremos pleito. Lo que queremos es que nos respeten porque somos un país libre, independiente y soberano. No somos una colonia de ningún país extranjero", añadió López Obrador en su comentario.
El mensaje del presidente se publicó mientras él inauguraba la sesión de debate sobre corrupción y desigualdad del Consejo de Seguridad de la ONU, el cual México preside desde el comienzo de este mes.
En esa sesión propuso que las mil personas más ricas del mundo, las mil empresas más importantes, y los países del G20 donen para destinar recursos directos a las 50 millones de personas más pobres en todo el planeta.