México tuvo tiempo para prepararse, comprar material para los médicos, explicar a la población los riesgos de la pandemia. Prefirió jugar a los mensajes dobles, la frivolidad, la negligencia y la indolencia. En lugar de garantizar la protección de doctores, enfermeras y camilleros, hizo anuncios en conferencias de prensa que no se correspondían con la realidad.
Cuando los brotes comenzaron en los hospitales, afectando a médicos y pacientes, el gobierno hizo lo que mejor conoce: negar lo evidente. Las cifras inconsistentes y la interminable verborrea oscurecieron los datos de contagios y muertes.
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En el mundo, el gobierno mexicano quedó exhibido. "Quédate en casa\u2026" "No dejen de salir\u2026" "No pasa nada\u2026". Mítines, abrazos, apapachos, mordidas de cachete. La prensa extranjera se dio un festín.
Y las autoridades sanitarias desdeñaron la acción de la OMS y de otros países. Nadie sabía tanto como ellos. Así llegó la Fase 3, la de más riesgo, que apenas comienza\u2026 Mientras el presidente declaraba "domada" la pandemia.
Ve el video con el reportaje completo del coronavirus en México.