En Estados Unidos, la pandemia del coronavirus dio al demócrata Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, las armas para rebelarse contra las medidas del presidente estadounidense Donald Trump.
Hasta hoy, 16 estados de la Unión Americana han decretado cuarentena tras registrarse más de 55 mil 200 casos de coronavirus.
A pesar de las muertes y contagios por la pandemia, este martes Trump descartó declarar cuarentena nacional.
En contraste, Andrew Cuomo decidió implementar sus propias medidas de emergencia luego de informar que la tasa de infecciones por coronavirus en el estado se duplica cada tres días.
Desde el domingo pasado, Cuomo mantiene al estado de Nueva York con un cierre total de empresas y establecimientos no esenciales.
Las compañías que tengan posibilidades de hacerlo, deberán trabajar a distancia y no se permitirán las reuniones de ningún tamaño, fiestas, ni celebraciones. También ordenó cerrar centros comerciales, bares, museos y otros lugares recreativos.
El gobernador también suspendió los desalojos durante 90 días, pues se tiene previsto que cientos de personas pierdan sus empleos.
Además se refirió a la entrega de 400 respiradores al estado de parte del gobierno federal y preguntó: "¿Qué vamos a hacer con 400 respiradores cuando necesitamos 30 mil? Se está perdiendo la magnitud del problema", dijo.
Mientras que a nivel nacional, el presidente declaró a la Unión Americana en "estado de emergencia" con cierre de escuelas y universidades, cancelación de conciertos y presentaciones y también suspendió el desembarque de cruceros durante 30 días.
Hasta el momento, la recomendación que persiste del Gobierno estadounidense es que hagan trabajo de oficina desde su casa, eviten salir y hacer reuniones de más de 10 personas, pero no ha dado el siguiente paso: declarar al país en cuarentena.
La primera medida tomada por el gobierno estadounidense para prevenir el contagio del coronavirus fue prohibir los viajes provenientes de China, epicentro del brote. Al momento no se puede viajar por ningún motivo a ese país.
Ante el desplome y vulnerabilidad de los mercados financieros de EU por la crisis de salud, se destinó un paquete de estímulo fiscal de miles de millones de dólares, así como el aplazamiento del pago de impuestos tanto para pequeñas empresas como para trabajadores.