Con 52 votos a favor y 48 en contra, el Senado de Estados Unidos confirmó este lunes por la noche a Amy Coney Barrett, nominada del presidente Donald Trump, como jueza de la Corte Suprema.
La confirmación de la jueza, de 48 años, impone a una mayoría conservadora en el tribunal para el futuro previsible, y podría afectar temas como el derecho al aborto, el matrimonio igualitario y la legalidad de la reforma del sistema de salud propuesta bajo la presidencia de Barack Obama.
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De hecho, el caso de la reforma de salud está programado para el 10 de noviembre.
La votación del lunes fue la confirmación que más cerca se ha hecho de una elección presidencial, y la primera en los tiempos modernos que carece de apoyo del partido minoritario. Únicamente una republicana votó en contra de confirmar a Barrett.
La confirmación para que Barrett ocupe el asiento que dejó la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg parecía inevitable desde un inicio debido a que el Senado es de mayoría republicana. Aún así, los demócratas argumentaron durante semanas que la votación fue apresurada de manera inadecuada e insistieron el domingo que quien resulte ganador de las elecciones del 3 de noviembre debería nombrar al candidato.
Antes de la votación, los demócratas habían expresado preocupaciones por los riesgos de contraer el coronavirus, citando los recientes contagios entre varios miembros del equipo del vicepresidente Mike Pence.
La oficina de Pence respondió asegurando que el vicepresidente no presidiría la sesión a menos que fuera requerido para un desempate, pero su voto no fue necesario.
Con información de AP.