Reuters.- El príncipe Andrés de Reino Unido se enfrentaba el sábado a un intenso escrutinio mediático tras revelarse que el gobierno británico consideraba espía chino a un estrecho colaborador comercial suyo.
En una resolución judicial del jueves, se reveló que el empresario, conocido sólo como H6, tenía prohibida la entrada en Reino Unido por motivos de seguridad nacional, ya que las autoridades sospechaban que trabajaba clandestinamente para Bejing para forjar estrechos contactos con destacadas personalidades británicas.
A última hora del viernes, Andrés, el duque de York, emitió un comunicado a la BBC y otros medios de comunicación en el que afirmaba que había "cesado todo contacto" con el individuo, descrito en los documentos judiciales como un "confidente cercano", una vez que surgieron las preocupaciones.
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"El duque se reunió con el individuo a través de canales oficiales, sin que se discutiera nunca nada de naturaleza sensible", decía el comunicado.
Sin embargo, las preguntas sobre el caso han seguido dominando las portadas y los informativos británicos.
El periódico Daily Telegraph informó que la agencia de inteligencia británica MI5 estaba investigando el dinero chino entregado a Andrés, mientras que el Times afirmó que el príncipe había invitado al empresario a las propiedades reales del Palacio de Buckingham, el Palacio de St. James y el Castillo Windsor.
The Mirror informó que el rey Carlos había sido informado por el MI5 y estaba "verdaderamente exasperado" por la situación.
Una fuente real dijo a Reuters que el Palacio de Buckingham había sido informado de la situación de las formas y en las coyunturas apropiadas.
Acusaciones de espionaje
Aunque el primer ministro británico, Keir Starmer, ha tratado de descongelar los lazos con China desde que asumió el cargo en julio, Londres y Beijing han intercambiado repetidamente acusaciones de espionaje, con los servicios de seguridad británicos advirtiendo de los intentos chinos de infiltrarse en las esferas política, empresarial y académica.
La embajada china en Londres describió el caso H6 como otro intento de desprestigiar a China y sabotear unas relaciones de trabajo normales.
El caso también arroja luz sobre las finanzas del príncipe, de 64 años.
Andrés, que en su día fue un elegante oficial de la marina que sirvió en el Ejército durante la guerra de las Malvinas contra Argentina a principios de la década de 1980, se ha convertido ahora en un paria real por su amistad con el difunto delincuente sexual estadounidense Jeffrey Epstein.
Se vio obligado a renunciar a un papel itinerante de embajador comercial del Reino Unido en 2011, antes de renunciar a todos los deberes reales en 2019 y luego ser despojado de sus vínculos militares y patrocinios reales en 2022 en medio de acusaciones de conducta sexual inapropiada que siempre ha negado.
Los medios de comunicación británicos han informado que Carlos había cortado su asignación y quería expulsar al duque de su casa Royal Lodge en la finca de Windsor.
Los documentos judiciales sobre H6, que había sido autorizado a actuar en nombre de Andrés para buscar inversores en China, hacían referencia a un documento de 2021 en el que se enumeraban los temas de conversación para una llamada entre él y el príncipe en el que escribió que el duque estaba "en una situación desesperada y se agarraría a cualquier cosa".