AP.— La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de permitir que Ucrania ataque objetivos dentro de Rusia con misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos fue recibida con ominosas advertencias de Moscú, un atisbo de amenaza desde Kyiv y aprobación de algunos aliados occidentales. El cambio en la política de Biden añadió un factor nuevo e incierto, pero potencialmente crucial, a la guerra en la víspera de que se cumplan mil días de conflicto.
La noticia del cambio de Biden llegó el mismo día en que un misil balístico ruso con municiones de racimo impactó en una zona residencial de Sumy, una ciudad del norte de Ucrania, y mató a 11 personas, incluidos dos niños, además de herir a 84.
Otro ataque con misiles rusos provocó incendios el lunes en dos bloques de apartamentos en Odesa, en el sur de Ucrania. Al menos ocho personas murieron y 18 resultaron heridas, incluido un niño, dijo el gobernador regional, Oleh Kiper.
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Washington está flexibilizando los límites sobre lo que Ucrania puede atacar con armamento estadounidense, informaron funcionarios estadounidenses a The Associated Press el domingo, después de meses de descartarlo por temor a escalar el conflicto y provocar un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN.
El alcance de las nuevas directrices no está claro. Pero el cambio se produjo después de que Estados Unidos, Corea del Sur y la OTAN dijeran recientemente que hay tropas norcoreanas en Rusia, aparentemente desplegadas para ayudar al ejército ruso a expulsar a las tropas ucranianas de la región fronteriza rusa de Kursk.
Rusia también ha hecho retroceder poco a poco al ejército ucraniano, en inferioridad numérica, en la región oriental de Donetsk. También ha llevado a cabo una campaña aérea devastadora y mortal contra áreas civiles en Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, remitió el lunes a los periodistas a una declaración del presidente ruso, Vladímir Putin, en septiembre, en la que dijo que permitir a Ucrania apuntar a Rusia elevaría significativamente las apuestas en el conflicto.
Esto cambiaría “la naturaleza misma del conflicto de manera dramática”, dijo Putin en ese momento. “Esto significaría que los países de la OTAN —Estados Unidos y los países europeos— están en guerra con Rusia”.
Peskov afirmó que los países occidentales que suministran armas de largo alcance también proporcionan servicios de orientación a Kyiv. “Esto cambia fundamentalmente la modalidad de su participación en el conflicto”, dijo Peskov.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien asume el cargo en unos dos meses, ha generado incertidumbre sobre si su gobierno mantendrá el vital apoyo militar de Estados Unidos para Ucrania. También ha prometido terminar rápidamente la guerra.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, dio una respuesta contenida a la aprobación que él y su gobierno han pedido a Biden durante más de un año.
“Hoy, se habla mucho en los medios sobre que hemos recibido permiso para las acciones pertinentes. Pero los ataques no se hacen con palabras. Estas cosas no se anuncian. Los misiles hablarán por sí mismos”, dijo.
Funcionarios rusos y medios respaldados por el Kremlin criticaron a Occidente por lo que describieron como una escalada, y amenazaron con una dura respuesta de Moscú.
“Biden, al parecer, decidió terminar su mandato presidencial y pasar a la historia como ‘Bloody Joe’”, dijo el legislador veterano Leonid Slutsky a la agencia estatal de noticias RIA Novosti.
El senador Vladimir Dzhabarov, en comentarios a la agencia estatal de noticias Tass, calificó la decisión de Biden como “un paso muy grande hacia el comienzo de la tercera guerra mundial”.
Periódicos rusos ofrecieron predicciones siniestras similares. “Los locos que están atrayendo a la OTAN a un conflicto directo con nuestro país pronto podrían sufrir mucho dolor”, dijo el periódico estatal ruso Rossiyskaya Gazeta a sus lectores.
Gabrielius Landsbergis, ministro de Exteriores de Lituania, miembro de la OTAN, dijo que aún no estaba “descorchando el champán” ya que sigue sin estar claro exactamente qué restricciones se han levantado y si Ucrania tiene suficientes armas estadounidenses para marcar la diferencia.
Margus Tsahkna, ministro de Exteriores de Estonia, otro país báltico que teme una amenaza militar de Rusia, dijo que flexibilizar las restricciones sobre Ucrania era “algo bueno”.
“Hemos dicho eso desde el principio, que no se deben poner restricciones al apoyo militar”, dijo en una reunión de diplomáticos de alto nivel de la Unión Europea en Bruselas. “Y necesitamos entender que la situación es más seria (que) incluso tal vez hace un par de meses”.