EFE.- China presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra los aranceles impuestos por Canadá sobre los vehículos eléctricos y sobre el acero y aluminio procedentes del gigante asiático, que entraron en vigor este martes.
La acción fue anunciada hoy por el Ministerio de Comercio de China en un comunicado en su página web, que acusa a Ottawa de "hacer caso omiso de los hechos objetivos, de las normas de la economía y el comercio internacionales, de las objeciones y el desaliento de muchas partes" y de "insistir en seguir a ciertos países para tomar medidas unilaterales de contención contra China", en referencia a Estados Unidos.
Las autoridades chinas argumentan que las acciones canadienses "violan los principios de la economía de mercado y la competencia leal, socavan gravemente la cooperación económica y comercial normal entre las empresas de China y Canadá, afectan gravemente a las relaciones económicas y comerciales entre los dos países, y perturban la cadena industrial y la cadena de suministro mundiales".
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La cartera de Comercio china instó asimismo a Ottawa "a considerar la cooperación económica y comercial bilateral de forma racional y objetiva", "a respetar los hechos y atenerse a las normas de la OMC" y "a no alejarse cada vez más del camino correcto".
"China tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar con firmeza los derechos e intereses legítimos de las empresas china", sentencia el comunicado del ministerio.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció en agosto que Canadá impondría un arancel del 100% a la importación de vehículos eléctricos chinos, así como otro del 25% al acero y aluminio procedentes del gigante asiático.
Los aranceles igualan los impuestos por Estados Unidos y su anuncio se produjo horas después de que Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Joe Biden, se reuniera con Trudeau y el gobierno canadiense.
Trudeau justificó la decisión al afirmar que las políticas industriales de China están subvencionando a sus empresas en detrimento de sus competidores occidentales, un razonamiento similar al esgrimido por otros actores como la Unión Europea, que también impusieron aranceles a los vehículos eléctricos de algunas marcas chinas.