AP.- El director de “Free Burma Rangers“, organización de ayuda humanitaria, David Eubank, dijo a The Associated Press que aviones y helicópteros militares realizan frecuentes ataques en las zonas del este de Birmania donde él y sus voluntarios operan, llevando ayuda médica y alimentaria a los civiles atrapados en el conflicto.
Las fuerzas terrestres también disparan artillería de forma indiscriminada, comentó, lo que ha provocado que miles de personas abandonen sus hogares.
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La junta militar de Birmania se hizo del poder el año pasado, derrocando al gobierno democráticamente elegido de Aung San Suu Kyi. Después de que las fuerzas armadas de seguridad reprimieran violentamente grandes manifestaciones pacíficas que se oponían a la toma del poder, miles de personas de a pie formaron unidades de milicia, denominadas Fuerzas de Defensa del Pueblo, para contraatacar.
Muchas de ellas están vagamente aliadas con grupos armados de minorías étnicas bien establecidos, como los karenni, los karen y los kachin, que llevan más de medio siglo luchando contra el gobierno central, en busca de una mayor autonomía en las regiones fronterizas.
A pesar de su abrumadora superioridad numérica y de armamento, los militares no han podido aplastar este movimiento de resistencia de base. Ahora el ejército ha intensificado los ataques, aprovechando las condiciones secas del verano y de las que sufren los habitantes ante falta de ayuda.
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Eubank describió los combates que había visto como probablemente los peores en Birmania desde la Segunda Guerra Mundial, cuando el país era una colonia británica aún y estaba en su gran parte ocupada por los japoneses.